Cosmos

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Escuchaba atenta mientras él hablaba sin pensar.

Cuando era un ninja de Iwakagura, Deidara fue el estudiante de Tercer Tsuchikage. Violó la ley y robó una técnica, que causó que fuera perseguido. La arcilla explosiva: "el arte de un solo momento".

Después de huir de su aldea, comenzó a trabajar como un terrorista. Tiempo después va a buscarlo Akatsuki, pero éste no accede a entrar a esa organización. Itachi decide enfrentarse a él y, si Deidara pierde, se vería obligado a entrar. Es derrotado y accede a entrar, ya que él piensa que todos los miembros son una especie de artistas. Tiene en cada palma de sus manos bocas, con dientes, lengua y glándulas salivales; la función de estas bocas es mascar y moldear arcilla especial. Era compañero de Sasori.

- Que interesante eres... - dijo ella sonriendo - ¿Y qué hacéis en Akatsuki? - preguntó, el sonrió.

- Somos artistas, están buscando la paz o algo así, yo creo que el mundo no es mundo sin guerras, aunque la mayoría van a dominar el mundo... Si no fuera por ese hijo puta de Itachi ni siquiera aguantaría tanta idiotez... - dijo con odio.

- No te enfades - le pidió ella sacando morritos.

- Contigo no puedo hacerlo - admitió ligando.

- ¿Sois muchos en esa organización? - preguntó ella, él la observo impaciente.

- Ya vale de hablar de trabajo preciosa - dijo pasando su mano por su rostro, la boca que tenía en ella le lamió la cara de una forma sexy, a Hana le dio mucho asco - ¿Por qué no me acompañas a mí dormitorio? No esta muy lejos -.

- Claro - dijo ella sonriendo de forma tímida.

Salio con él y entraron en el hotel donde ella se alojaba, al parecer Deidara también tenía una habitación allí.

- Mí habitación - ordenó Deidara, el dependiente observó a la joven con pena y resignado le entregó una llave al rubio.

Deidara subió tirando de ella hasta arriba, una vez allí la metió de un tirón y cerró la puerta acorralándola contra ella.

Entonces la beso.

Ella posó las manos en la puerta sujetándose. Él las posó en su cadera, pudo notar como las bocas de las palmas jugaban a morder su pantalón. Los labios de Deidara se movían veloces, de vez en cuando dejaba algún mordisco en los de ella. Su lengua invadió su espacio y comenzó a jugar con la de ella, que trataba de alejarla un poco. Sabía a pasta de cocinar sin sal, tal vez por la arcilla. 

Los ojos de él la observaban en todo momento, ella cerró los ojos imaginando que era Neji para no sentirse culpable. Él la levantó y la llevó hasta la cama sin soltarla, una vez allí ella giró sentándose encima de él.

- Que quede claro que voy yo arriba - dijo Deidara con una sonrisa burlona.

- Claro que sí - dijo ella tocando un punto sobre su pecho. El cayo en un sueño profundo, donde ella controlaba lo que veía, un genjutsu. Sacó un libro de los que escribía el bueno de Jiraya y sentándose al lado de él continuo con su interesante lectura, mientras Deidara babeaba a su lado.

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Le hizo imaginarse que se quedaba tumbado con ella al lado hasta dormirse. Muy a su pesar le quitó la capa y la camiseta tirándola a el suelo, como ponía en el libro, y le desato el pantalón.

Y se sentó a esperar a que despertara.

No tardó mucho, sintió una mirada clavada en ella mientras observaba por la ventana.

La Reina del Byakugan 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora