El solo de Pedro: Parte I

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*Viernes en la mañana – casa Saltzman Park*

- ¡MAMÁÁÁ!.

Penelope estaba preparando un perfecto desayuno familiar cuando oyó el grito exageradamente aterrador por parte de sus cinco pelinegras hijas.

Pedro había empezado a utilizar el baño más seguido para sus reacciones naturales que todas las mañanas en casa eran iguales, o al menos lo eran las mañanas que eran escolares.

La empresaria miró a una ya sentada en su pequeña sillita Brooklyn y suspiró justo cuando fuertes golpes de pies se sentía venir desde la escalera.

- No crezcas nunca cariño.

La empresaria besó la pequeñita cabeza de su hija menor al mismo tiempo que Beth aparecía con Mia agarrada en una de sus manos.

- No puedo hacerle las trenzas a Mía si no puedo entrar al baño a usar el espejo y si no tengo acceso a ningún cepillo o coleta o algo.

Se quejó la mayor de sus hijas.

Mia acompañaba el relato de su hermana con pucheros iguales a los de Josie.

- Ni siquiera puedo arreglarme yo misma.

Suspiró la joven.

- Sabes que le tengo paciencia pero hay veces que me dan ganas de matarlo…

Penelope admiró el control y la paciencia que Beth había adquirido aun en sus peores años de adolescencia.

- Cariño…

- MAMÁ.

London, que sin lugar a dudas se había ganado hace rato el trono a la heredera suprema del carácter Park, fue la tercera en irrumpir en el lugar.

Autumn la seguía de cerca igual de ofuscada pero más tranquila.

Penelope tuvo que aguantar la risa ante el desaliño que portaban todas sus hijas.

Era una evidencia ante la clara falta de baños en la casa.

La empresaria iba a tener que hablar con su esposa acerca de un futuro cambio de casa.

- Así no se puede vivir.

Recriminó la niña de doce años volviendo a llamar la atención de su madre.

- Me pediste paciencia…

- NOS pediste paciencia.

Alex se sumaba y sumaba su idiotez a la mañana.

London miró a su hermana y asintió.

- Eso. Nos pediste paciencia, pero esto ya es demasiado, así no se puede. Es la número no se cuanta vez que tenemos que hacer cola en el baño.

Protestó la melliza recibiendo el apoyo de su hermana.

- Niñas…

Penelope entendía a la perfección a sus hijas.

- No mamá.

Esta vez fue Alex la que tomó la palabra.

- No nos pidas más paciencia ni mucho menos tranquilidad.

A la empresaria le impresionó el nivel de enfado de Alex, si London era la archienemiga declarada de Pedro, Alex era todo lo contrario.

- Hoy puse el despertador una hora antes para tratar… ¿Me oyes? Tratar de llegar al baño antes pero… pero…

La jovencita cerraba los ojos tratando de calmarse.

- PERO PEDRO YA ESTABA ALLI.

No fue útil la técnica de yoga que su abuela Sierra le había enseñado.

I'm Not For You (Posie) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora