Martín se fue solo ese día, quería evitar hablar del tema, por lo que prefirió irse caminando. Estaba por llegar a su casa, cuando vio que Sofia estaba bajando del bus de la UCE; lo pensó un momento, pero finalmente se decidió por ir tras ella.
-Sofia! Ella volteó rápidamente y vio a Martín, le devolvió el saludo y se quedó callada esperando a que él diga algo. –Lo siento, creo que malinterprete la cosas pero…
Fue interrumpido por Sofia. –No me pediste nada, y a penas te conozco; no estés diciendo nada si no estás seguro. Al terminar ella siguió caminando y entro a su casa, dejando a Martín sin la oportunidad de contestar algo; aunque tampoco sabía que decir.
Martín, desanimado, se fue a su casa; al llegar notó que su madre no había llegado aún. -Debe estar con Gabriel. Pensó.
Dejó sus cosas, se sentó en el sofá y se puso a pensar en lo que había pasado, lo cual duró poco. Interrumpido por su celular que había empezado a timbrar, ceso sus pensamientos y levanto su móvil de la mesa, era Lucas.
-Martín! ¿Dónde estás?
-Me fui a mi casa rápido, me sentía un poco mal, creo que me enferme. Mintió.
-Espero que te mejores, habrá una fiesta el sábado en casa de mi amiga, tenemos que ir. Dijo Lucas, con gran ánimo.
-Si claro, cuenta conmigo. Respondió Martín, sin mucho ánimo y sin considerar realmente si iba a ir.
Al cabo de unos minutos y unas cuantas preguntas de Lucas, finalizaron la llamada. Martín se disponía a ir a su cuarto a descansar, estaba cansado de todo esto. Se dispuso a subir las escaleras, no había subido más de dos gradas cuando escuchó la puerta abrirse, era su mamá; que traía una cara de felicidad aún mayor que la de la última noche.
-Mamá, pensé que vendrías más tarde hoy.
-Si también yo, pero salimos temprano del trabajo y Gabriel me trajo. Dijo alegre mientras mantenía su mirada fija en Martín, observando su reacción a cada una de sus palabras. –Vendrá este lunes. Añadió.
Martín se quedó callado no sabía que decir, pensaba que esa visita no deseada se daría mucho más adelante. Pero ¿ahora? No tenía ganas de verlo, consideró si la felicidad de su madre valía tan mal rato que tendría que pasar.
-¿Algún problema con eso? Pregunto su mamá para saber que pensaba su hijo, que seguía sin decir una sola palabra.
-Si mamá, está bien, mejor ese día porque saldré el sábado. Martín no quería salir realmente pero necesitaba pensar en otras cosas que no sean la inevitable incomoda cena.
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A través de mí
Short Story¿Cuánto se conoce uno a sí mismo? ¿Cuáles son los límites que nos impulsan a actuar de una manera en la que nunca hubieras imaginado? Conoce lo que hay a través de mí.