CAPÍTULO 16

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Amaneció y todo parecía normal, los dos actuaban como si no hubiera pasado nada ayer, pero Martín sabía que el lunes tendría que lidiar con lo mismo y dentro de él deseaba con todas sus fuerzas que ese domingo nunca acabe.

Logró estar en paz el resto del día con su madre, la conversación avanzó tan bien que incluso Carmen empezó a hacer preguntas sobre la chica de ayer; y aunque normalmente esto sería algo que la enfadaría, parecía intentarlo y aceptar.

-¿Es tu enamorada? Preguntó Carmen con una leve sonrisa en la cara.

-Algo así… No quería contarle toda la confusión y también estaba casi seguro que tenía algo por concretarse con ella, por lo que prefirió no entrar en detalles y desvió rápidamente su pregunta.   -Vendrá a cenar mañana.

-¿Mañana? Su rostro reflejaba que claramente no estaba  nada de acuerdo con las palabras de su hijo. Antes de que pueda responder añadió. –Nunca trajiste a nadie aquí, y si quieres hacerlo ¿porque mañana?

-Tu tampoco trajiste nunca a nadie aquí, ¿qué es diferente ahora?

-Martín, voy a casarme. Todo es diferente ahora, al menos pudiste preguntar… Sabes está bien, que venga, pero temprano, no quiero ningún inconveniente cuando Gabriel ya esté aquí.

Martín se quedó sin palabras, no pensaba que su mamá se lo tomaría tan bien o que al menos lo intentara. Miró a Carmen con gran alegría, sentía que todo se había resuelto solo. No estaba acostumbrado a que las cosas salieran así, pero prefiero no cuestionarse más y solo agradeció a su mamá y se pusieron a charlar el resto de la noche.

Al día siguiente no se vieron en la mañana, Carmen salió muy temprano y Martín pasó la mayor parte del día en la UCE y en casa de Lucas. En la tarde de regreso a su casa, se encontró con Sofia y le dijo que podía venir para las 7 ese día.

-Genial!, ¿ya está todo bien en tu casa? Lo siento si te cause problemas con tu mamá…

-No te disculpes, no es necesario; ahora todo está mejor que nunca. Gracias por lo de ayer… de nuevo.

Entre un intercambio de miradas y sonrisas, se despidieron y quedaron en verse más tarde.

Al entrar a su casa Martín se encontró a su mamá  cocinando como nunca la había visto, apresurada pero dando una inusual importancia a todos los pequeños detalles.

-Todo se ve muy rico, felicitaciones. Dijo riéndose. –Dejo mis cosas y te ayudo mamá.

-Gracias hijo, ¿a qué hora vendrá tu amiga?

-Media hora antes que Gabriel, la cite antes como dijiste. Respondió Martín con una expresión que no era usual en él, estaba muy feliz con cómo se estaban dando las cosas.

-Perfecto hijo, ven y brindemos. Entre  jugueteos saco de la repisa una botella de vino y se pusieron a conversar cocinando, teniendo así probablemente el momento más feliz que nunca habían tenido entre madre e hijo.

Llegó la hora, eran las 7 10 y no había señales de Sofia, Carmen preguntó a Martín.

-¿Seguro que le dijiste bien la hora?

-Si mamá seguro tuvo un inconvenien…

La puerta sonó antes de que pudiera terminar su frase, Carmen se acercó a abrir la puerta; efectivamente era ella, era Sofia.

A través de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora