Llegó el día del aniversario de Martín y Sofia, él salió temprano de su casa y como aún tenía dudas sobre que le regalaría a Sofia, fue a buscar a Lucas para que le ayude. Como su amigo iba un buen tiempo con Mayra, le pareció una buena idea preguntarle a él.
Se encontraron en el parque de la calle, puesto que si conversaban en el paradero camino a la UCE Sofia los vería ahí.
-Ey Martín ¿Quién se murió? ¿Por qué esa cara? Bromeo Lucas al ver a su amigo llegar.
-No es nada, solo estoy un poco preocupado.
- ¿Es por Sofia verdad?
-Sabes que sí, hoy cumplimos un año y no tengo ni idea de que darle; sabes que no me gusta mucho esas cosas.
-No lo sé, dale algo que tenga valor para ti, ¿eso les gusta no? Respondió bromeando Lucas, sin embargo, a Martín no le parecía tan mala idea y lo consideraba realmente.
-Si… puede que tengas razón, nos vemos luego. – Te llamare luego puede que necesite más consejos de los que los que crees. Añadió Martín entre risas, despidiéndose de su amigo.
Rápidamente fue a buscar a Sofia a su casa, toco su puerta y al abrir vio a Sofia, estaba tan linda como acostumbraba, sin embargo, su rostro reflejaba cierta preocupación.
-Sofia! Ven vamos a comer primero, hay tanto que quiero hacer hoy. Dijo Martín mientras se acercó a Sofia dándole un tierno beso y abrazándola suavemente.
-Martín… lo siento tengo cosas importantes que hacer, pero ¿podemos vernos a las 4? por favor, estaré libre entonces. Respondió Sofia afligida.
La cara de Martín perdía lentamente ese entusiasmo que tenía hace un momento.
-Tengo que ayudar a mi tía, pero intentaré acabar antes, ¿vienes a recogerme? Añadió Sofia, intentando animar a Martín.
-Claro, te veo luego Sofi.
Se dieron un breve beso y se despidieron, Martín recordando las palabras de su amigo se dirigía a su casa en busca de algo que tenga valor para él, para regalarle a Sofia. Al llegar vio a su madre quien estaba en casa temprano sorprendentemente.
-Mamá no sabía que estarías temprano hoy. Dijo mientras seguía caminando hacia su cuarto.
- ¿No te quedarás a almorzar hijo?
-Lo siento mamá, solo vine un rato de pasada, nos vemos en la noche para cenar juntos. Respondió mientras terminaba de subir las gradas hacia su cuarto. Una vez dentro observó que podía dar y pensó que no había nada más personal para él que el osito de peluche que le había dejado su papá el día que se fue, por lo que se lo llevó en su mano y salió.
- ¿A dónde vas con eso Martín? Preguntó Carmen al observar que salía con su oso en manos.
-No es nada mamá, lo necesito un momento. Respondió Martín, quien no quería explicar para que lo necesitaba.
- ¿Es para Sofia verdad? El tono de Carmen había cambiado, estaba totalmente seria ahora.
-No… bueno si, pero no entiendo cual es el problema con que se lo regale.
-Es el único recuerdo que tienes de tu padre, puede que te parezca una tontería, pero estarías cometiendo un error si te deshaces de él.
-Mamá, cumplo un año con Sofia, yo creo que si vale la pena. Respondió Martín que pensaba que no era para tanto.
-Martín, hijo ella me cae bien, pero eres joven, conocerás muchas chicas después de ellas y no sé si sea lo mejor dar algo tan tuyo a la primera chica que conoces.
- ¿Te agrada? ¿Porque me dices todo esto? Pensé que habías aceptado todo entre nosotros.
- ¡No te conviene Martín, entiende!
-Mamá no la conoces lo suficiente…
-Hijo no es por hacerte dudar, pero la he visto varias veces subirse al carro de otro chico, no es su padre. Estoy segura.
- ¿Con que de eso se trata?
- ¿De qué? Respondió Carmen rápidamente.
-Si tu no eres feliz, no quieres que yo sea feliz, no es mi culpa lo que paso mamá…
Las palabras de Martín cayeron como un golpe bajo a Carmen, lo que acabo con toda la calma y respeto que intentaba mantener en la conversación.
-Solo no quiero que botes el único recuerdo que tienes de tu padre, por una chica que solo te lleva a fiestas y alcohol. Tu padre murió por cirrosis, por eso me disgustaba tanto verte llegar así a la casa, me recordabas a él ¿querías que te diga esto para que cambies? Y ahora quieres regalar su único recuerdo por una chica que probablemente te engaña.
Si las palabras de Martín habían sido un golpe bajo, la respuesta de Carmen lo había sido aún más. Martín permaneció en silencio, se quedó viendo a su madre, queriendo responder, pero no pudo hacer más que irse, mientras unas lágrimas empezaban a caer por su rostro.
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A través de mí
Short Story¿Cuánto se conoce uno a sí mismo? ¿Cuáles son los límites que nos impulsan a actuar de una manera en la que nunca hubieras imaginado? Conoce lo que hay a través de mí.