CAPÍTULO 27

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Carmen tenia poco más que decir, así que corto, no porque no quisiera hablar sino porque la conversación había caído en ese punto incomodo en el cual tal vez la única solución era dejar que pase el tiempo para que traiga de vuelta la normalidad a las cosas.

Al colgar se quedó acostada en su cama mirando al techo, en su falta de sueño pensó en su hijo, pero no contesto.

Mientras tanto Martín que se hallaba en la fiesta estaba totalmente distraído con el ambiente y el momento, por lo que no vio la llamada perdida de su madre hasta una hora después; al ver que lo había llamado a esas horas pensó que tal vez algo había pasado así que decidió salir de la fiesta en ese momento.

-Creo que algo pasó en mi casa. ¿Podemos irnos? Dijo Martín dirigiéndose a Sofia.

-Si Martín no hay problema, ¿está todo bien?

-Si, creo que me esperaría despierta, tal vez solo quiere que vaya a cenar con ella, pero será mejor que vaya por las dudas.

Ella asintió con la cabeza, y los dos se acercaron a despedirse de Lucas quien estaba ocupado cuidando a Mayra que ya se había pasado de copas y apenas podía reconocerlos.

-Nunca te hubiera imaginado así. Bromeo Martín mirando la escena de su amigo, quien se rio y se acercó a despedirse amigablemente de la pareja.

Llegaron a la casa de Sofia, Martín le propuso ir a cenar a su casa, pero esta vez Sofia declino puesto que sus padres habían llegado de su trabajo y estaban esperándola.

-Esta bien ya mañana nos vemos, gracias por acompañarme… Te quiero mucho Sofi. Ella se acerco y lo abrazo colocando su rostro sobre el pecho de Martín; fue un abrazo más fuerte que cualquier otra muestra de afecto. Él nunca solía demostrar su cariño con palabras y muchos menos llamarla Sofi, lo cual le hizo gracia a ella, que lo vio como algo tierno.

-Pasare por ti mañana tempano, cuídate. Con esas palabras Martín la dejaba y fue caminando más lento de lo normal a su casa, distraído pensando en la chica que estaba haciendo que él se sienta tan diferente ahora.

Al entrar vio que las luces de la sala estaban prendidas, pero no había rastro de su madre, la busco hasta su habitación, tocó y ahí estaba ella, aun despierta y con una cara que delataba que no andaba bien. Conversaron hasta muy tarde hablando sobre Gabriel, Martín sugirió que mejor posterguen la boda aun más tiempo, ya que con sus dudas que tenia Carmen era un mal momento para tomar esa decisión.

-Si quiero hacerlo, sé que lo quiero solo que siento algo extraño; entiendo sus viajes, entiendo el trabajo, pero hay algo que me hace dudar. Hizo una pausa, suspiró y continuó. Tal vez solo estoy exagerando lo mejor será que espere esos meses y ya, después de todo no ha pasado nada malo.

Martín observo a su mamá y sabia que estaba mintiendo, era ese positivismo falso que decía cuando no quería admitir que se sentía mal. -Mamá piénsalo bien, aún estas a tiempo de tomar cualquier decisión.

-Si hijo lo tendré en cuenta, gracias por venir temprano; necesitaba hablar con alguien. Dijo Carmen mirando a su hijo con una sonrisa impostada que reflejaba más tristeza que cualquier cosa.

-No te preocupes mamá, te dije que estaría más tiempo contigo ahora. Ambos se dieron un abrazo y después de mucho tiempo Martín por fin lo escucho.

-Te quiero hijo.

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