CAPÍTULO 11

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Llegó el sábado sin muchas novedades, Carmen y su hijo se vieron muy poco, ella por su lado frecuento más que antes con Gabriel, llegando cada noche de esa semana más tarde que la noche anterior. Martín por su parte, había estado triste el primer día pensando en Sofia, pero al volver a la UCE y reencontrarse con Lucas, se olvidó en gran medida de muchos de sus problemas; sabía que llegaría el lunes y tendría que ver a Gabriel en su casa, soportando como su madre miraba perdidamente a ese extraño. El solo pensarlo le hacía enfadar, por lo cual decidió no pensar en nada hasta que llegue ese momento.

El sábado en la mañana se levantó temprano y se alistó para ir a la UCE, tenía un trabajo con sus compañeros de curso, ese día no tenía ninguna materia con Lucas, por lo que se sintió mucho más solo y  se sumergido en sus pensamientos, tanto como no había hecho en toda la semana. Sentía fuertemente la ausencia de su madre y de su amigo estando solo en casa por lo que salió temprano de su casa, en el camino pasó por la casa de Sofia, se detuvo un momento pero finalmente decidió que lo mejor era no molestarla y se fue.

Llegó a su facultad y al cabo de un momento llegaron sus compañeros, no le desagradaban pero tampoco tenía la suficiente confianza como para tener una conversación fluida. La suma de su timidez e intento de querer entablar conversación terminaron dando como resultado momentos más incomodos de los que hubiera querido.

-Por fin se acabó. Se decía dentro de sí, mientras se dirigía a su casa. Estaba muy cansado así que decidió tomar el bus de la UCE en lugar de caminar como hacía usualmente. Se sentó al fondo y pegado a la ventana, viendo las casas pasar mientras el vehículo estaba en movimiento; ya estaba en su calle, por lo que no faltaría mucho para llegar a su casa, veía nuevamente la casa de Sofia y a la vez que suspiraba el bus se detenía, levantó la mirada, y ahí estaba ella bajando del bus. Había estado ahí todo este tiempo y no la había visto. –Joder sí que estoy muy distraído. Se levantó con la intención de bajar ahí pero el bus ya había comenzado a andar. –Mierda.

Ya en la tarde Martín se alistaba para salir, veía la hora ya era tarde y aún no había llegado su madre.

–Qué extraño. Pensó. Estaba acostumbrado a que ella llegué tarde pero pensaba que como él saldría ella se encontraría aquí. –No importa. Añadió mientras salía de su casa.

Se encontró con Lucas y fueron a la fiesta, esta vez conocían a casi todos ahí, todos eran amigos de su facultad, esta fiesta era mucho más divertida para ellos que la última que habían ido; donde se sintieron como extraños. La casa tenía todo lo que Lucas le había dicho que tendría, alcohol a montones y muchas chicas lindas, era perfecto; sino fuera porque aún tenía a alguien pasado por sus pensamientos.

-Ey Martín, quita esa cara de muerto y vamos con esas chicas. Dijo Lucas, quien ya estaba caminando hacia ellas sin esperar respuesta alguna de su amigo.

-Por supuesto! Respondió riéndose.

Una vez ahí, empezaron a bailar y beber como nunca antes; Martín ya estaba aceptando que no pasaría nada con Sofia y quería distraerse de los problemas de su casa. Lucas por su lado, estaba completamente feliz bailando con Mayra, una linda chica de cabello rojo que siempre le había gustado a Lucas.

La noche continuo y Martín seguía bailando solo, mientras su amigo ya se encontraba perdido entre risas y besos con aquella chica, Martín pensó que lo mejor era bailar con alguien; había una chica en ese grupo que había mostrado especial interés en él. Se dispuso a acercarse a ella cuando de repente vio a Sofia entrando a la casa desde el otro lado de la habitación.

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