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-Estoy nerviosa- dije mirándome al espejo por décimo quinta vez.

-Mimi, los que deberíamos estar nerviosos somos nosotros. Tu ya los conoces- Laura echó una risa ante las palabras de Ricky.

Si, Ana y yo estuvimos hablando hace dos días de quedar con ella y sus amigos, hacer una comida para que se conozcan y poder quedar más veces juntos.

A todos les pareció una gran idea, así que... aquí estamos.

-Te has mirado ya lo suficiente, vámonos pesada, Ana te ha visto en peores condiciones- le di un golpe a Laura en el brazo.

-¡Tía! Como estés así toda la comida te echo- ella chistó.

-Cimi istis isi tidi li comidi ti ichi- me remedó- quítate ya la vergüenza idiota, que aquí tienes mucha, pero bien a gusto que le comes el coño a la canaria por debajo de la mesa y no dices nada.

-¡Laura!

-Mariconas vámonos ya que se nos hace tarde, luego discutís sobre esto- las dos suspiramos y salimos de casa.

Caminamos hacia el restaurante en el que habíamos quedado con los demás, el cual no nos quedaba muy lejos.

Efectivamente, llegamos algo tarde y por lo tanto fuera estaban esperando María, Roi y Ana. Nos acercamos a ellos mientras mi corazón se aceleraba cada vez más al chocar mi mirada con la de Ana.

-Hola, cielo- dejó un pequeño pico en mis labios que no me esperaba y le sonreí tímidamente.

-Hola- ella soltó una pequeña risita y agarró mi mano. Pero unas voces nos hicieron salir de nuestra burbuja y darnos la vuelta.

-¡Hola! Soy Laura, encantada de conoceros. Este es Ricky y bueno, estamos felices de conoceros- no me dio tiempo a decir nada, Laura ya se las había apañado para presentarse- Ah ¡Hola Ana!

-Hola Dama - echó una risa.

-Encantados, yo soy María y este es Roi y me da la impresión de que nos vamos a llevar muy bien- rieron.

-Ninguna duda tenía yo.

De un momento a otro ya habían sacado una conversación de vete tu a saber donde. Pero Ricky decidió salirse del círculo y se acercó a saludar a Ana.

-Tu y yo no nos conocemos aún. Soy Ricky, amigo de la rubia, un placer conocerte por fin- Ana le sonrió mientras rodeaba mi cintura con su brazo.

-El placer es mío, estamos muy contentas de haber quedado hoy. Ya veo que estos se llevan bien- todos miramos a Roi, María y Laura quienes no paraban de reír.

-Ya veis, Dama es un terremoto, pero se hace querer- echamos una carcajada. Tenía razón, Laura era muy...Laura.

-Bueno, creo que va siendo hora de entrar ¿no?- propuse y los tres asentimos.

Avisamos a los demás y nos sentamos en la mesa que Ana había reservado en aquel lugar.

Pedimos cada uno nuestro plato y una conversación se formó en la mesa instantáneamente. Me gustó que todo fluyera por si solo, nada se notaba forzado.

Nos pusimos al día de todo y parece ser que todos se llevaron genial, eso me hizo estar mucho más contenta y cómoda.

-Pues yo quiero irme de fiesta- dijo Dama de repente.

-Ya tía, pero las discotecas están cerradas todavía, menos mal que ya el Lunes estamos en nueva normalidad - María miró a Dama, Dama a Ricky y Ricky a Roi.

-¿Hemos pensado lo mismo no?- preguntó Roi sonriente.

-Obvio que si- dijo María.

-Pues chavales, el Lunes cenita y fiesta - todos asintieron felices ante las palabras de Dama- las marichochis, ¿os venís?

Mi destino en tu balcón // warmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora