Siguiente Desconocido [Emiliaco]

05

Joaquín

El ambiente quema mientras personas alrededor bailan, algunos se encuentran besándose y otros simplemente se restriegan.

El olor a tabaco, alcohol, químicos y sudor está presente por todos lados, me golpeó mentalmente porque comienzo a arrepentirme por haber accedido a la invitación de Noa.

El hecho de mi elección de ropa me hace cuestionarme si hice bien, pues visto un crop top negro con unos jeans blancos y mis botines pues el hecho de tener a toda estas personas al rededor me hace sentir sumamente incómodo y querer salir corriendo de aquí.

Pero ya esta hecho.

Sigo a Noa de cerca porque la masa de gente en la pista de baile improvisada en la casa - que no se de quien sea - crece cada vez más y lo que menos quiero es perderme.

Visualizo hacia donde nos dirigimos y puedo ver que es hacia sus amigos quienes se encuentran en una esquina de la casa, llegamos a ellos y cada quien tiene una cerveza en mano excepto Karla, la única chica del círculo.

—¿Cómo estas? —saluda Héctor, mejor amigo de Noa mientras le da un abrazo amistoso.

—Bien, gracias —contesta una vez que se separan, Noa me da una mirada rápida—. Traje a Joaquín.

Todos asienten mientras me dan la bienvenida alegremente pues saben de los sentimientos de Noa hacia mi y lo que menos quieren es hacerme sentir incomodo lo cual agradezco, aunque la que no me tolera y no se molesta en ocultarlo es Karla, siempre me mira raro o simplemente cuando estoy cerca se retira y esta vez no fue la excepción, solo me hace un gesto con su cabeza, le sonrió a medias.

Pero no entiendo el "porque", le pregunté a Noa al respecto pero jamás me dice algo concreto. Y ni pensar que posiblemente estuvieron en una relación por qué es cien por ciento gay.

Héctor me ofrece una cerveza y yo la tomo gustoso, nos dirigimos atrás de la casa donde están más personas, observó una gran alberca donde están otro poco y el DJ que mezcla como si no hubiera un mañana.

Tomamos asiento en una mesa vacía, suelto un suspiro y le doy el primer trago a la botella que tengo en la mano.

—¿Estás bien? —me pregunta Noa un poco preocupado, me lamo los labios y niego, doy otro trago a mi botella.

Le doy una mirada rápida a sus amigos quienes están en una conversación animada.

—Es solo que... —murmuró, Noa me mira atento—. Ha pasado tanto tiempo que no vengo a una fiesta que es raro, yo jamás suelo divertirme por que estos eventos no son de mi tipo.

Tomo otra botella de un cartón que reposa en la mesa donde estamos, le doy un trago más profundo y confíado.

—Solo no la bebas como agua —dice, para luego unirse a la plática de sus amigos.

Después de eso me pierdo en mi propio mundo, olvido lo que esta a mi alrededor y comienzo a armar mi propia fiesta solo, así que comienzo a beber una y otra vez, ni siquiera me molesto en contar las cervezas que llevó, me dejó llevar por primera vez en mi vida y dejó que las emociones me dominen por que he estado guardando por mucho tiempo el vacío que Emilio me dejó en el corazón.

La gente a mi alrededor ríe, baila, brinca, grita, se ríe.

Siento que la cabeza me da vueltas pero una especie de adrenalina comienza a formarse en mi cuerpo y de alguna manera siento que tengo que deshacerme de ella.

Pero no, todavía no me atrevo a bailar, me permito recordar la primera vez que asistí a una fiesta con Emilio la cual también fue la única, donde comenzó todo. También recuerdo que jamás me había gustado el alcohol y ahora lo estoy tomando, que irónico.