Siguiente Desconocido [Emiliaco]

20

Joaquín

—¿Vas a seguir ignorandome? —escucho la voz de Emilio detrás de mi, después de la discusión de la cena no hemos vuelto hablar, me la he pasado viendo películas junto a Bianca en nuestra recámara de Hotel.

Debo admitir que me llene de celos al interpretar el silencio de Emilio cuando no dio una negativa para no ir a Colombia junto a Carlos.

Siento unas manos que me rodean la cintura y trato de zafarme por que se que se trata de él pero no me deja.

—¿Joaquín? —murmura cerca de mi oído y siento como su aliento choca contra mi piel, odio que mi cuerpo se estremezca ante la sensación pero no puedo evitarlo—. Por favor, amor.

—Sólo déjame, por favor —es lo único que puedo decir pues las caricias que comenzó a hacer con sus pulgares en el hueso de mi cadera no me dejan pensar bien.

—No quiero que estemos peleados, te dije que iría a Londres y cumpliré mi promesa.

Me muerdo los labios nervioso, de todas las posibles opciones que tal vez me daría nunca me imagine que fuera esa, se que se debe a lo presionado que se siente y en cierto modo me hace sentir mal pero... No quiero perderlo, no quiero que vea virtudes en otras personas que no estén en mi, solo quiero gustarle siempre.

Carlos es un chico bastante guapo, extrovertido y muy inteligente, lo pude notar en esa video llamada y me cuesta admitirlo, imaginar que paso parte de su tiempo con Emilio y besando sus hermosos labios, simplemente hace doler mi estómago.

—Enserio Emilio, solo piénsalo mejor no quiero que cumplas mis caprichos, simplemente... —hago una pausa, los celos me están consumiendo y mi mente viaja hacia mucho tiempo atrás, cuando Emilio salía con distintas chicas y chicos, cuando inclusive salía con Azul a comer.

Cierro los ojos y derramó un par de lágrimas sobre mis mejillas, mierda. No debo estar haciendo este espectáculo, no quiero.

—Ey —me da vuelta en sus brazos y por primera vez no me resisto, lo necesito cerca —No quiero que te sientas inseguro, quiero que te quede claro que te amo con toda mi alma Joaquín —acaricia cariñosamente mi mejilla con su pulgar—. Espere tanto tiempo para estar aquí contigo que no quiero desperdiciarlo en peleas, iremos a Londres.

—Simplemente no quiero perderte —admito en voz alta, siento a mi pecho y corazón aliviarse un poco ante mi confesión.

—No lo harás, siempre he sido tuyo, caracol —sonrio inconscientemente por qué tenía tanto tiempo que no escuchaba ese hermoso apodo de sus lindos labios, ahora sonrió como idiota.

—Mi león, mi hermoso león —acortó la distancia y le robo el beso más profundo que he dado en mi vida, se tambalea un poco por la sorpresa pero me corresponde con mucha más fuerza.

Rodeo con mis brazos su cuello para que no se aleje y aprieta mis caderas por instinto así qué sin pensarlo doy un brinco y enrollo mis piernas alrededor de su cintura. Casi caigo pero me sostiene con fuerza.

—Nos vamos en unos días, hice que Kevin arreglara todo. Se opuso en un principio pero lo convencí.

—Me siento terrible por que se que en parte quiere cumplir su promesa de cuidarte.

—Lo sé, pero también tengo que enfrentar mis miedo y sanar, iremos con la psicóloga que me dijiste y espero todo vuelva a hacer como antes.

—Si —le robo un beso rápido—. También quiero que conozcas a Noa, a pesar de todo es un buen chico.

—No se si sea buena idea...

—Esta bien, como tu lo desees.

Ambos sonreímos, nuestra historia apenas comienza y me encuentro ansioso por que Emilio por fin pueda estar completamente conmigo.