Siguiente Desconocido [Emiliaco]

10

Emilio

—¿Me acompañas a mi sesión de fotos? —cuestiona el rubio mientras acaricia mi pecho con su dedo índice, niego—. Vamos, Emilio por favor —hace un puchero y río.

—No puedo ¿olvidas a Uberto? —me frotó la sien pues enserio que Carlos puede llegar a hacer irritable cuando se lo propone.

—¿De verdad no te gustó?

—No ¿Por qué?

—Es solo que... —hace una pausa —De verdad quiero que intentes mirarme como algo más —se ruboriza—. Soy un estúpido.

—No lo eres, pero tu mismo has dicho que eso de las relaciones no se te dan ¿Cómo pretendes que quiera algo contigo?

—Ese es el problema contigo, quieres el paquete completo más no lo que alguien pueda ofrecerte.

—Así tiene que ser.

—Supongamos que Joaquín solo te hubiera querido dar sexo ¿Hubieras aceptado?

Niego divertido y me acomodo mejor en la almohada, que exasperante es todo.

—Joaquín no es así, él es un chico que te da el paquete completo —miró a Carlos, quien me mira de vuelta —Perfecto para mí —sonrió nostálgico—. Tu eres muy apuesto pero no mi tipo y no es por tu profesión, es solo que no hay una chispa en ti que me encienda.

—Eres cruel —hace una mueca chistosa, rueda sobre mi y se sienta a horcajadas, ruedo los ojos.

—¿Ahora que? —suelto un bufido, se ríe.

—Solo bésame —se acerca a mi rostro —Solo una vez, es todo —choca suavemente sus labios contra los míos—. Por favor —susurra, en su voz una pizca de necesidad.

No me muevo, al contrario dejó que haga lo que quiera pero solo con mi boca.

No me mal entiendan, Joaquín es todo para mi pero la manera de ser de Carlos es tan exasperante y frustrante que dejarlo hacer lo que desea es lo mejor para que se quede quieto.

Sus labios deboran los míos con tanta adoración que me siento mareado esperando a que termine, lame mi labio inferior mordiendolo en el proceso lo que me hace gemir del dolor y siento la sonrisa de Carlos en mi boca.

—¿Te gusta? —se frota en círculos con algo de fuerza, lo tomo de la cintura para recostarlo en la cama.

—Sólo te dije un beso ¿ok?

—Qué genio —suelta un bufido ruidoso y me extiende una mano—. Levanta tu trasero, vamos a una sesión he dicho.

—No quiero, Jacob quedo en avisarme go importante.

—¿Sobre qué? —se sienta a la orilla de la cama.

—No puedo decirte.

—¿No confías en mi? —cuestiona incrédulo.

—Lo hago, pero no puedo.

—¿Es sobre Joaquín? —no contestó, Carlos suelta un suspiro—. Espero que todo salga bien, enserio.

Se pone de pie y camina hacia el baño, me siento mal por él por que  se que tal vez tenga un pequeño enamoramiento hacia mi pero no siento lo mismo, sin embargo, se que Montoya es buen partido y si ambos se lo proponen pueden hacerlo funcionar.

Siento el celular vibrar - que Jacob me regalo el día de ayer - y el cual he guardado con mucho cuidado para que Uberto no lo encuentre.

Contestó.