Siguiente Desconocido [Emiliaco]

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Narradora.

Jacob caminaba por el gran pateó para salir de aquella casa ya que no podía utilizar su auto para llegar hasta ahí, sería muy obvio.

Abrió la puerta que tenia el gran portón para tomar algún taxi y así llegar a su casa a descansar para luego ir a esa junta tan importante que tenía

Estaba feliz de que por fin Emilio tuviera un poco de felicidad en su vida pues después de lo que vivió con Uberto merecía libertad.

No se dio cuenta cuando un auto aparco a su lado, grandisimo error.

—Vaya, vaya —habló Uberto desde su auto haciendo que Jacob sintiera unas ganas inmensas de correr pero no lo hizo en cambio Jacob se giro rápidamente encarandolo.

—¿Qué haces aquí? —pregunto Uberto bajandose del coche actuando sumamente tranquilo aunque por dentro quería cortar cabezas.

—Vine a buscarte y no estabas —Jacob trato de que su voz saliera tranquila pero no sabia si lo había conseguido.

—Sabes que no estoy en casa hasta en la noche, aparte te di el día libre sabías que yo estaría en la oficina todo el día —mascullo—. Dime la verdad ¿que hacías con Emilio?

—Y-Yo —tartamudea tratando de encontrar las palabras correctas—. Puedo explicarlo —Uberto saco una pistola, le apunta directamente al pecho.

—No soy tan imbécil —musito furioso.

—Uberto, por favor —Jacob comienza a sollozar, temía más por la vida de Emilio que la de él.

—No debiste ayudar a la puta de Marcos, nos vemos en el infierno —aprieta el gatillo y Jacob cae.

Sube de nuevo a su auto mientras los guarde espaldas llegan al lugar para recoger el cuerpo de Jacob, entre ellos Kevin quien intenta tragarse el nudo que siente en la garganta al ver a su amigo moribundo.

Mathew frunce el ceño cuando ve la cara de afligido que Kevin maneja, llevan al cuerpo a una de las bodegas que hay en donde ellos se quedan a dormir.

—Volvamos a nuestros lugares —ordena Mathew una vez dejan el cuerpo de Jacob en el suelo y todos salen, Kevin finje que los sigue pero detiene sus pasos en la puerta.

Suspira y verifica que nadie lo esté observando. Camina de regreso a donde descansa el cuerpo de Jacob.

—Mierda, Mierda —presiona la herida pero es inútil—. Vas a estar bien, vas a estar bien —comienza a llorar cual niño pequeño.

—Kevin, no dejame —la voz de Jacob sale debilitada y comienza a perder el color de su piel.

—Vas a estar bien por favor resiste, Jacob por favor no nos hagas esto —Kevin presiona con mucho más fuerza el pecho de su gran amigo—. ¡Carajo!

—Prometeme que cuidaras de Emilio.

—No hables así, estarás bien.

—Kevin, prome-prometelo.

—¡Jacob! —musita llorando, sus manos empapadas de sangre.

—Prometelo —los ojos de Jacob se cierran poco a poco.

—Lo prometo, prometo que Emilio será feliz, lo prometo. Lo prometo ¡Carajo!

Una lagrima resbala por la mejilla de Jacob y con una sonrisa, muere.

—¡Nooooo! —un grito desgarrador sale de la boca de Kevin y se aferra al cuerpo de Jacob —Te amo, te amo, te amo, descansa en paz —sorbe su nariz—. Emilio será feliz.