Extra

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Vivir con Joaquín ha sido mágico, hemos obtenido nuestras propias experiencias. Como todas las parejas tenemos indiferencias pero hemos sabido comunicarnos y salir adelante.

Hacer el amor con él es lo mejor que me ha pasado en mi jodida vida, se siente correcto. Se ha vuelto mi hobbie favorito ver sus gestos cuando le doy lo que quiere, el momento de su orgasmo y como sus músculos se contraen. Me encantan sus mejillas sonrojadas, su carita apenas una ves que acabamos pero que momentos antes decía las cosas sin vergüenza.

Me fascinan nuestros abrazos por las noches, los besitos cómplices y las caricias con las cuales no podría vivir jamás.

No podría explicar lo completo que me siento estando a su lado.

Pero también me siento pleno por los buenos amigos que obtuvimos en el proceso.

Carlos siempre obtuvo lo que quiso, un trabajo digno donde lo respetaran por lo que es y Montoya no paró hasta conquistarlo, dejo el trabajo turbio y de dedico a ser mejor persona y por lo que Carlos me contó viven juntos y pronto se van a casar.

Kevin se mudó a una pequeña casa junto a Bianca y aunque la situación es un poco extraña entre ellos, viven bien con la compañía del otro.

Elizabeth aceptó nuestra relación, se disculpo y nos apoyó en todas nuestras decisiones y se quedó viviendo en casa de sus padres.

Las muertes que hubo en el proceso no pasaron a más pues se comprobó que fue en defensa propia, con el testimonio de todas las víctimas que hubo en este gran recorrido no pudieron levantar cargos en mi contra.





[...]





Después de un día ajetreado de trabajo me dispongo a revisar unos papeles, el dia fue insoportable y apesar de todo, estaba ansioso por ver a mi caracol.

Escucho como la puerta se abre y sonrió enternecido, me pongo de pie y camino por el pasillo hasta llegar a él.

Por fin llego nuestra tarde para disfrutarnos.

Llego hasta la puerta y lo veo ahí parado colocando su zapatos en la entrada pero, de repente nuestras miradas se encuentran y ambos sonreímos.

Estamos por abrazarnos cuando siento una punzada en el corazón y me hace gemir.

—¿Emilio? —la voz de Joaquín se oye lejos y vuelvo a jadear del dolor—. ¡Emilio! —suelta un ruido desgarrador pero me pierdo en lo más oscuro de mi cabeza.

Siento unas manos moverme con frenesí y me quejo.

—¡Carajo amigo levántate! —lucho por abrir mis ojos pero lo consigo—. ¡Emilio!

Doy un ligero brinco asustado, mi corazón late con fuerza y miro a todos lados.

—¿Y Joaquín? —pregunto una vez logró despertar y Diego frunce el ceño lo cual me hace desesperarme—. ¿¡Y Joaquín?! —pregunto con más insistencia y Diego me mira como si me hubiera vuelto loco.

—Joaquín está en la oficina de su padre así que guarda silencio si no quieres que Uberto te corra. —masculla bajito.

—¿Uberto esta vivo? —cuestiono incrédulo.

—¡Emilio, Por Dios! ¿¡Qué carajos te pasa?! ¿De cual te fumaste?

—¿Donde estamos? —me llevo una mano a la cabeza.

—En el trabajo, asi que no se que carajos te pasa pero no estés jugando conmigo. —me fulmina con los ojos y suelto un suspiro.

—Tuve un sueño bastante extraño —admito, un escalofrío me recorre entero y agradezco que todo haya sido parte de una pesadilla.

—Y por lo visto Joaquín estuvo en él, deberías decirle que te gusta de una buena vez. —dice burlón y niego.

—¿De verdad estamos en el trabajo? —cuestionó una vez más.

—De verdad, te quedaste dormido un buen rato. Así que ponte a trabajar.

Diego sale de mi oficina y trato de reponerme, miro a mi alrededor todavía sin creérmelo.

Observo el montón de trabajo que descansa en mi escritorio y decido empezar a revisarlos para no llevarme más tiempo.





[...]





Fue un día bastante largo a decir verdad pero después de lo que soñé esta tarde lo primero que quiero hacer cuando llegue a mi departamento es dormir.

Bostezo audiblemente y escucho una pequeña risa detrás de mi, una risa ya conocida y siento como mi corazón responde.

—¿Cansado? —me examina de pies a cabeza. Viste una playera negra con un pantalón rasgado de mezclilla y sus típicos botines.

—Fue un día bastante extraño —admito mientras dirijo mi mirada al suelo.

—El mío estuvo de locos, con mi padre preguntándome a donde podría llevar a mamá por su aniversario y enseñándome cosas de la empresa para cuando tome poder.

—¿Estarás a cargo? —me relamo los labios.

—Espero —contesta con gracia.

—¿Es lo que quieres? —lo miro fugazmente.

—Por supuesto —afirma.

—Espero que cuando hagas reporte de personal no me dejes desempleado —bromeo para romper un poco la tensión.

Suelta una carcajada que me contagia, noto como sus ojitos se arrugan.

—No lo haría. —se encoge de hombros.

Llegamos al elevador y un silencio nos invade, no se como es posible que yo Emilio jamás en mi vida le haya dicho a Joaquín que me trae loco.

Nos miramos a los ojos y noto como espera a que diga algo más.

Es el momento.

—¿Qué harás mañana por la noche? pregunto casual y el abre y cierra la boca.

—Nada, usualmente no hago nada los fines de semana ¿Porqué?

—¿Te-te gustaría salir conmigo?

Ríe por la nariz.

—Claro ¿Porque no?

Asiento en respuesta y la respiración se me corta cuando acorta la distancia para depositar un beso en mi mejilla.

Instintivamente llevo mis manos a su cintura y siento como tiembla. Se separa lentamente y su respiración me hace cosquillas en la nuca.

—Pasa por mi a las ocho —se aleja con una sonrisa y sube al elevador. Se despide con un gesto de mano y lo imitó

Cuando se cierran las puertas llevo una de mis manos a mi mejilla y siento como todavía hormiguea por los labios de Joaquín.


































...
No tengo palabras para describir este extra...😳

Opiniones aquí.🥺

¿Se lo esperaban? 👀

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