Infancia

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Un varón, era un niño, el hijo de un sujeto que se llamaba Zeus y reconocía, pero no recordaba muy bien, él no se había criado con ellos, viviendo en Tracia con sus montañas y demás a su servicio, vivía apartado de la vida divina y lo que más claro tenía, era que su padre era de ojos azules, de eso si se acordaba y que su madre era la mujer más hermosa del cosmos, pero era frívola... mucho, en sueños a veces despertaba de inmediato, agitado, sudando frío y sin saber que ocurría, pero la frase "no le quiero" replicaba en su mente y no recordaba porque, pero le causaba tal agobio que lo llevaba a buscar refugio en la mirada más cálida de todas

Porque su madre era hermosa, pero Tero, era cálida y allá llegaba con ella, con las manos empuñadas dispuesto a no rendir informes y solo acomodarse ahí, como para acostarse a su lado esperando despertara. Al comienzo, cuando estaba recién llegado, Tero lo hacía, sobresaltada abría los ojos al no estar acostumbrada a compartir cama y al verle solía preguntar qué ocurría para no obtener respuesta, pero con el tiempo, solo lo abrazaba en cuando lo sentía acomodarse y eso bastaba, eso era saberse a salvo, saber que todo estaría bien y se sentía en paz como para no volver a oír esa frase, ni sentir la angustia de sentirse limitado

Pero por más que preguntara, Tero no sabía darle respuesta a sus sueños, prometía eran pesadillas al día siguiente, pero ninguno de los dos lo creía, como para sonreírle a modo de disculpa cuando solo le sostenía la mirada, acusándola de mentirosa sin decirlo y tal fue su sorpresa un día al regresar de entrenar agilidad, cuando la vio sin la cálida expresión que tenía, ella exhaló, él inhaló y contuvo el aliento, la seriedad de Tero nunca era nada bueno, tal vez se había enojado con él, así que cumplió con sacudirse la túnica por si acaso la había ensuciado demasiado, pero no parecía ser eso, ella solo le miró y apoyando la mano en su hombro, ordenó que entraran

"Tú sabes que eres hijo de los reyes... tu hermana y la mensajera de la reina vinieron a ver cómo iban las cosas... Iris tenía prisa... Ilitia se quedó un tiempo más y... indiscretamente pregunté por tu sueño" introdujo al tema y el mundo se detuvo, temió y ansió saber la respuesta a la vez y sin rodeos, directa, franca y a veces incluso cruda, le dijo la verdad... era su hermana, no Ilitia, otra hermana, apartada de ellos en cuanto nació, alcanzó a decir y la imagen de los ojos que le miró agobiada pareció materializarse en él, aturdido bajó la mirada y volvió a verla dispuesto a preguntar por ella y ese mismo día, sin tener 15 años siquiera, partió en su búsqueda, tenía que ascender al cielo por orden de Zeus antes de cumplir 16, eso le dejaba 3 años para encontrarla y volver al Olimpo con ellos, se juró y partió en su camino, dispuesto a encontrarla a como diera lugar

Sabía bien que ese no iba a ser un camino fácil, contaba con la suerte de los dioses y tal vez la encontrara, sino... tendría que encontrarla por cuenta propia retándolos pero iba a ir por ella y traerla de regreso, se juraba sin saber que parecían oírle y saberse llamada como para empezar a rondar su sitio, casi oyéndose llamada cada vez que le preguntaba a alguien por ella, como para empezar a buscarse sin tener más pista que estar ambos en Tracia

Ares: Crónicas de una Vida [NO ES HISTORIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora