Amor y Guerra

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Pude omitirlos pero no quise, literalmente fue eso, me niego a omitirlos, esto está demasiado idilico así q sufre de saberle en brazos de ella, así ponte cómoda y odia cada renglón con confianza, piensa q si esto no ocurre no tendríamos a las lunas y no es justo, las lunas merecen estar y no te atrevas a negarme reacción!!

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Ella el mayor de sus errores y sus vicios y el que más le costó dejar, sus 5 hijos y la diferencia de edad que se llevaban eran prueba de ello, simplemente fue la mujer más hermosa que hubiera visto en su vida y no tuvo que haberse acercado, pero lo hizo para cuando supo con la vista fija en su prominente pecho, alzó la vista, vio sus ojos violetas y esa fue su perdición, mil y un veces pasaría jurándose no volver, pero más tardaba en hacerlo que en recurrir a ella y es algo que tal vez por celos o eso se decía, Eos le replicaba

-¿Eres capaz de pensar cuando ella está cerca?- dudó molesta un día en que lo vio querer ir con ella- ¿qué sigue? ¿La vas a perseguir hasta que llegue a un rio dónde bañarse?- renegó cruzada de brazos y exhaló entornando los ojos- bien, es hermosa, eso dices, pero... esto es demasiado, solo es una diosa

-No, es LA diosa... y va a ser mía- juró volviendo la vista a Eos- deberías ser su amiga- consideró para sobresalto suyo ofendida- tú su amiga fiel, me dirías sus cosas- consideró apoyado en sus hombros y las arcadas que no debería sentir Eos jura fueron reales- Eos, esa mujer va a ser mía, ella misma está esperando por serlo, lo he notado

-Agradece que no me importas tanto como para preocuparme por ti, porque si no, me interpondría entre tú y... tu estupidez- definió lo mejor que pudo- no debería ser tan sencillo para ti, ser tan idiota, ¿eres un soldado recuerdas? Un fiero soldado... no un perrito faldero para ir tras ella- bufó y se apartó de ahí lanzándole una manzana la siguiente vez que los vio cerca, pero fuera del golpe que fue caerle encima eso de la nada, solo sirvió para ofrecérsela a Afrodita y terminar mal, de verla comerla para irritación de la aurora que intentó entender al acudir a su hermano, pero no supo entender la respuesta, "son dioses, pecan de caer en las garras del amor"- estás en unas garras- citó textualmente para risa de Ares- ¿ahora ríes?- refutó con asco- mírate... no te reconozco y no, no son celos, no sería la única, Thanatos tampoco sabría quién eres y Eris... Eris ni siquiera... ¿qué te está haciendo?- temió intentando acercarse y buscar rastro alguno, alguna marca, sustancia algo que le cambiara, pero la reacción de Ares fue agresiva al tomarla de la muñeca y empujarla lejos- bien, pero cuando te des cuenta, no digas que no te avisé- renegó y desplegando sus alas emprendió vuelo... poco tiempo después sería el caso, pero por ahora, conocería su lecho y juraría que toda advertencia eran banalidades inventadas por una celosa diosa

Así el mundo real seguía su rumbo, uno demasiado dócil, permisivo y pacifico que solo podía anunciar el caos, pero a ellos dos no podía importarle menos, eran ellos todo lo demás estaba de más, estorbaba incluso como para querer arrasar con él y no hacerlo a la vez porque tendría que apartarse y de repente, resulta que hablaban de boda, pero no con él, con Hefesto

Casi le destruye cuando llegó con él, porque no fue un acuerdo, simplemente fue y la pidió en un osado acto de enfrentarlo, de arrebatarle lo que más quisiera en ese momento y verlo como vencedor, enfureció, se negó, enfrentó y destruyó el templo de Hefesto, el suyo y casi el de Tracia, pero Eris se lo impidió, no iba a destruir un lugar así que se había vuelto su refugio por igual, como para perderlo por la furia a que le dieran una mujer a otro hombre y cometió el error de jurar que no la perdía que podía reclamarla aún

Ares: Crónicas de una Vida [NO ES HISTORIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora