No era la primera vez que le veía, antes ya había sido invocado por ese desaliñado ser que miró con repulsión y casi desdén de verse llamado y no encontrar un alma para culminar, pero hace días que los mortales se enfrentaban, la causa no la sabía, tampoco le importaba pero hasta ahora solo heridos... excepto por ese instante, el ataque no iba al mortal, iba a la diosa, pero ella lo esquivó y la espada ajena atravesó el cuello del mortal...
Aquello le hizo fruncir el ceño ante el barbárico acto y es que ya de por sí los mortales y su gusto por sufrir vivían temiéndole a la muerte, como para sumar ahora semejante muerte de quedar aún vivo viéndose atravesado por una lanza al cuello... por lo que le evitó sufrir más, solo le rozó y el ser pereció, mientras él se miraba con desagrado la mano untada de sangre y volvió la vista al frente de ver profanada su función al verse obligado a llevarse seres que no tendrían por qué estar muertos, pero lo estaban porque no iba a dejarlos ahí, se diluyó y antes del siguiente ataque apareció entre ellos dejándoles inmóviles
¿Quién era? Era algo que Ares no sabía, pero su contraparte si le conocía, ya lo había visto en otro momento, matando un ser que había sido condenado al Tártaro por sus actos, pero que a los ojos de la muerte, aquel ser no era tan diferente al que les envió, Ares ni siquiera se había dado cuenta de haberle invocado, pero ahí seguían inmóviles ambos, medio detalló a Atenea y volvió su atención a Ares echándole mano al peto de la armadura y diluirse quedando el campo de batalla con un solo oponente
-Deja de llamarme deidad, deja de cortar hilos esa no es tu función, pero me veo obligado a matarles si dejas tal herida que es imposible sobrevivir- reprendió soltándole en Tracia frente a su templo
-¿Quién te crees tú para ordenarme algo?- enfrentó y el ser giró con lentitud a verle y desplegó sus alas, que intimidante se le hizo ese ser oscuro, pero se irguió con más imponencia para ocultarlo
-Mi nombre no importa, pero si sigues invocándome por la fuerza, la siguiente vez que venga, será por ti
-¿Eres la muerte?- confirmó lo que deducía atando cabos dichos de infante por Tero- soy un dios- le recordó y le oyó reír tan macabramente que se creyó capaz de morir
-Y yo la inminente muerte, todo termina conmigo... sin excepción- explicó deteniéndose ante él- ¿quieres sentir que se siente morir para una deidad? No dejes de mirarme- impuso tomándole del mentón con la diestra antes de alzarse la venda de los ojos que vio solo unos segundos y el cuerpo entero dolió como para hacerle apretar los dientes y aguarse la mirada, como para exhalar y caer de rodillas cuando lo soltó y volvió a subirse la venda- que sean longevos, no quiere decir que sean inmunes a mí, no me provoques, deidad- enfrentó extendiéndole la mano que no quiso estrechar- tendrás que si pretendes retomar tu vitalidad- insistió con la zurda hacia él
-Thanatos- recordó recién y él le afirmó y solo entonces Ares se miró las manos, ¿Qué le había pasado? Aparentaba más edad al parecer como para aferrarse a la zurda de la muerte recobrando su propio alivio- ¿entonces no mato en combate?
-Sí, adelante, hazlo, pero no me llames a mí, mis hermanas son las encargadas de ello, si vas a matar a alguien hazlo sin dudar, no los dejes agonizando o estarás llamándome
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Ares: Crónicas de una Vida [NO ES HISTORIA]
Short StoryLéase sabiendo que es un regalo escrito para Frann Gold sobre fragmentos autoconclusivos de la vida de Ares. Desde sus inicios, hasta encontrar a Daria, escrito con el único fin de homenajearla en base a su historia "Una musa para el Dios de la guer...