Consecuencias

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El desenlace de ello fue irremediable un hijo... a quien le seguirían más, pero por ahora el amor y la guerra se reían de la forja, una aventura osada, ávida y apasionada como ninguna otra, era el estandarte del ser que esperaba a por ellos y estaba ahí finalmente con sus ojos violetas y cabello rubio, viéndolos viéndoles cómo se mira a los seres en ese momento, con confusión

Y la única que no parecía celebrar aquello, era Ilitia que dedicaba mordaz mirada a Afrodita, posiblemente insultándola en la mente de saber su ofensa al designio de su madre siendo el matrimonio algo sagrado, como para también disgustarse con Ares por actuar de semejante forma y ese enojo si lo notó como para seguirla fuera de ahí después de dejar a Afrodita con el bebé alado que empezaba a comer

-¿Qué te ocurre?- alcanzó a dudar Ares y se llevó una bofetada de Ilitia por respuesta

-Eres mejor que esto... ¿crees que esto es lo que esperaban de ti? Un hijo oculto

-No me importa que quieren ellos y si creíste que sí, es mentira, quisiste creer solo lo que querías, no me importa, hace mucho que no me importa que esperan de mí y es mejor así porque de saberlo podría ir cumpliendo cada deshonra, honra tu a padre y madre, a los demás déjanos ser libres de hacer con el mundo lo que nos plazca, somos dioses, no lacayos, no trabajamos para la humanidad Ilitia

-¿Y en tus manos está Grecia? ¿Con esas palabras deben dormir seguros de despertar a salvo?- insistió y él solo se burló

-No, a mí me tienen miedo, atrás quedó la época en que se veía en mí un fiero guardián, ahora se ve la verdad... el terror a las atrocidades que soy capaz de cometer, lo que hago que los míos ocasionen, así que no cuestiones nada, ni pretendas entender, solo... solo acéptalo- solucionó con calma- ahora... diles que hay un nuevo dios y si quieren pueden venir a verlo... ¡HEFESTO HA SIDO PADRE!- burló con una corta carcajada retomando camino de regreso con Afrodita

No ha existido riña más grande que cuando el herrero se supo traicionado, se vengó de ambos, pero el atacar a Ares hizo que huyera, pero a su regreso atacara sin compasión al herrero primero que nada, de no haber sido mortal, lo habría matado y poco no le faltó porque fue precisamente la muerte quien le tomó del peto, le alzó y le aventó lejos, intentó luchar contra él y al abrirle las alas y dejarle la punta de la espada en el estómago le sirvió de recordatorio sobre quién era el ser frente a él

-YA LE HAS HERIDO SUFICIENTE, DEJALE EN PAZ, ATENTAS CONTRA TU PROPIO DESIGNIO YA ESTÁ INCONSCIENTE ESTÁ INDEFENSO AHORA- le gritó la verdad que ni siquiera se dio cuenta en que momento le sumió a ese estado, pero sonrió y gritó cuando la muerte dio la estocada

-Presenta más respeto por la vida o será la tuya la que me lleve- advirtió molesto y contrariado

En efecto sus más cercanos seres empezaban a desconocer al el sujeto frente a ellos, pero si lo dudaron, se confirmó cuando la guerra por la bella se dio y fue capaz de llevar a la guerra a sus amazonas y traicionar su ciudad por estar de su parte.

De eso último, se arrepentiría toda la vida a la vez que se juraba no volvería a suceder su intocable ciudad, no valía lo que valía una mujer, ni aunque fuera Afrodita... y entonces pareció espabilar al ver la ruina de Troya y saber que tal cosa pudo pasarle a Esparta... había estado a nada y todo había sido culpa de Afrodita por ofrecer una mujer ya ocupada, se juró no volver, pero no lo cumplió pero su ciudad siempre primó

Ares: Crónicas de una Vida [NO ES HISTORIA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora