Las voces que gritaban mi nombre me despertaron.
Lo primero que sentí fue pánico, no podía moverme. Era como eso que llaman parálisis del sueño.
Al pánico inicial lo siguió el frío. Ese frío por increíble que parezca lo sentía hasta en el cabello.
Quería gritar, pedir que alguien me ayudara, que alguien me tapara, incluso pedir que alguien me sacudiera para hacer a mi cuerpo consciente, de que despertara.Luces de colores iban y venían sin parar.
Vi a un policía y sentí alivio, hasta que le escuché gritar:
—La encontré, su cadáver está aquí flotando en el agua.