Detuve el auto a medio camino. Las cabras estorbaban el paso. Se movían con tranquilidad, no con la rapidez con que yo quería llegar a mi destino. Apagué el motor y descendí dispuesto a tomar con calma aquel forzado descanso.
Encendí un cigarrillo, observé las verdes montañas y el cielo gris; las cabras ya me rodeaban por completo. Me olfatearon, algunas balaron y me vieron con desprecio, quizá adivinando mi secreto. Abrí la puerta y esperé en mi asiento. Volteé a ver el rostro de mi amada acompañante.
Parecía dormir pero el golpe en su cabeza confirmaba que estaba muerta.#fotografía de cabras