—Están hechas con el mejor cuero del país -decía mi abuelo luciendo sus botas.
De niño yo quería ser vaquero como él, montar a caballo, arrear el ganado, ordeñar las vacas y por las tardes sentarme en la mecedora a oír la radio hasta caer la noche.Pero conforme fui creciendo mis intereses cambiaron.
Recuerdo que el día de mi graduación mi abuelo llegó usando esas feas botas y me dio vergüenza tomarme una foto con él.
Fui un tonto.Hoy al pie de su féretro veo esas viejas botas y yo solo puedo mirarlas con admiración.
Te extraño abuelo.