No había puente ni camino de piedras para atravesar el pequeño río. Ajustó la mochila en su espalda, se quitó los zapatos y enrolló su pantalón a la altura de las rodillas, no mojaría sus pertenencias. Con los zapatos en la mano se introdujo en el agua.
Cuatro pasos había dado cuando sintió la fuerza de la corriente. Un paso más. En el sexto paso se apoyó sobre una piedra floja. Se tambaleó, trató de mantener el equilibrio sin conseguirlo.
Sentado en medio del río, vio como la corriente se llevaba uno de sus zapatos, trató de alcanzarlo sin conseguirlo.#río