18. Kintsukuroi*

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El cancer avanzó rápidamente.
Y cuando más te necesitaba, huiste.
Recogí los pedazos de mi corazón quebrado.
Vi en el espejo mi cuerpo mutilado, mis senos ya no estaban y me encontré derrotada y envejecida.
Me sumí en la oscuridad de tu ausencia y en el dolor de tu desprecio

Meses pasaron para entender que me aferré a la imagen que tenías tú de mi. Pero estabas equivocado. Esa, no soy yo.

Estaba herida pero aún con vida.

Mi corazón ha sanado y las heridas físicas son cicatrices que hoy están tatuadas con hermosas flores.

Yo soy fuerte, valiente, hermosa.

* "Según los japoneses, cuando un objeto ha sufrido un daño, tiene una historia que lo hace más hermoso. Por eso reparan los objetos rotos con un barniz de resina espolvoreado o mezclado con polvo de oro o plata. A esta técnica la llaman Kintsukuroi, y básicamente consiste en hacer visible la cicatriz para que el objeto cuente a través de ella su historia. Poner de manifiesto su fragilidad y su capacidad de recuperarse es, para los japoneses, lo que hace bellos a sus objetos".

En 100 PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora