30. El Sol

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En medio del desierto, bajo el sol abrasador, aquel hombre suplicaba un final para la tortura que vivía. Moría de sed, de calor. Parecía que nadie oiría sus súplicas y moriría enterrado en la arena.
El Sol se apiadó de él, llamó a las nubes para que lo cubrieran y al viento para que moviera las arenas y cavara un foso donde hubiera agua.
El hombre agradecido se reveló como un dios y le concedió al Sol el deseo de ver a su amada Luna unos días al mes.

Es por eso que a veces la Luna sale de día.

#sol

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