Los miré a ambos frente a mí.
Estaban enfadados, me parecían intimidantes sus miradas, me hacían sentir pequeña. Pero sobre todo muy caliente en aquel departamento en donde solo nos encontrabamos nosotros tres.
Cuando Eros jaló de mi brazo para besarme noté como los ojos de Aran se volvían más penetrantes, y mientras mis labios no podían evitar seguir el juego de Eros, por detrás Aran recogía mi cabello con el único propisito de invadir mi cuello.
Se convirtió en una guerra por conseguir territorio hasta que mi blusa terminó en el suelo, sentía los besos humedos de Eros en mi vientre cuanto mis labios chocaron contra los de Aran. Todo era demasiado confuso, mi cabeza daba vueltas y no lo noté hasta que Eros se deshizo de mi pantalón.
-Esperen... - Por sobre mis panties su boca tomó esa zona en besos - Espe - La mano de Aran tomó mi rostro con fuerza guiandome de nuevo a sus labios.
-Quieta - Asentí más por confusión que por las irresistibles ganas que tenía, con mi mano derecha sujeté el cabello de Eros mientras gemía en la boca de Aran, o eso hasta que el bajó a mis senos y el cuarto se llenó de olajes de placer, con gemidos y jadeos que parecían serlo todo en el mundo.
-Aran - Llamé en voz alta, lo demasiado como para romper el sueño en el que me encontraba.
-¿Aran? - Esa voz rompió toda burbuja en la que me encontrara. Me removí en la cama tratandonde contextualizarme, mis ojos se vieron molestados por los rayos de luz de la ventana y terminé por abrirlos.
Eros estaba a mi lado, con el pecho desnudo y las piernas cubiertas por la sabana de la cama, sujetaba un libro entre sus manos y me veía desconsertado.
"No era verdad" ‐ Pensé.
No me creí capaz, hasta ese momento, de soñar con algo así. Me incorporé en la cama tratando de fingir no recordar nada. Pero tampoco podía hacer mucho pues no estaba consciente de cuanto había visto, cuanto había escuchado o cuando había dicho yo.
Me sentía terrible desde ayer, el día del concurso. Huí de Aran en cuanto recobré el sentido de lo que había hecho, y afuera del teatro encontré a Eros preocupado, intentando llamarme.
Quise decirle, estaba tan asustada, me sentí hechizada, embrujada para actuar contra mi voluntad, pero no lo hice.
Se acercó a mí aliviado, envolviendome en un abrazo. Y ahí, con decepción de mi misma rompí en llanto, aferrandome a su pecho.
"Fue una injusticia, debiste haber ganado" - Fueron sus palabras.
-¿Como? - Pregunté frotando mis ojos, tratando de bloquear el día de ayer. El dejó el libro a un lado y me observó por unos segundos, habría dado todo por saber lo que pensaba.
-Mencionaste a Aran - Por dentro me paralicé, por fuera solté un suspiro, levantando los hombros para restarle inportancia.
-Fue una pesadilla.
-No parec... - Cerró los ojos a mitad de sus palabras y pasó una mano por su cabello, respirando profundo - Lo siento yo... - Abrió los ojos clavandolos en mí, fruncí el ceño y me acerqué a él.
-Hey - Llamé tocandonsu rostro, y cuando lo hice sentí que su tacto me quemaba las palmas. ¿Era la culpa? Hice una lucha por dejar mis palma en sus mejillas - Está bien - Llevó sus manos a mis piernas y yo me aparté en seguida, levantandome de la cama. No podía estar con él.
No me sentía lista, no...
No quería fallarme de esta manera, y no quería fallarle más a él.
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Tentación a media noche [Completa]
Roman d'amourNo era destino, se trataba más bien de un capricho, deseo carnal y una atracción desenfrenada que lo hacía adicto a la piel de esa mujer.