Miré a Alexander, luego a Brietta y por último a la pequeña que estaba sentada en las piernas de esta.
- Creo que necesitas una explicación- dijo Alexander.
- Pues eso creo yo también- dije con ironía mirándolo.
- Comencemos por lo más simple- dijo Brietta- Soy un ángel celestial.
Quede boquiabierta- Eso no es lo más simple, pero gracias por comentarlo.
- Y Alexander es mi sobrino- continuó- Es el hijo de mi hermano, el cual te comenté que era mi hermano más cercano.
Miré a Alexander que estaba relajado sin expresión alguna.
- ¿Con él fue el que conversaste el día de nuestra cita?- pregunté sin dejarlo de mirar.
Él sonrió de lado.
- Si- dijo ella, se mordió ligeramente el labio.
- Yo soy quien las salvo de un gran castigo- dijo él.
- ¿Gran castigo?- pregunté confundida.
- ¿Acaso nunca has estudiado sobre las reglas del mundo celestial? ¿Su historia? ¿O algo?- dijo Alexander con un tono burlón.
- Pues no, no tuve tiempo porque me la pase más en la tierra que en ese mundo- dije yo.
- De lo que Alexander habla es de un castigo que reciben los ángeles y Dioses que tienen sexo- aclaró Brietta- Está prohibido que los ángeles y los Dioses estén entre ellos- ella del mordió el labio inferior- Por eso no hay Dioses con ángeles saliendo ni nada.
- Nunca escuché de ángeles saliendo con Dioses- dije asintiendo levemente para luego mirar a Alexander y agregar- ¿Pero acaso tú no eres de padre ángel y madre Diosa?
Él en un tono arrogante contestó- Pues para esa prohibición hay una pequeña excepción que se hizo para mis padres, solo si son almas gemelas pueden estar juntos- su sonrisa era de arrogancia- Y digamos que mis padres son el uno para el otro.
Yo rodé los ojos, maldito presumido.
- ¿Y cual es el castigo?- pregunté cruzándome de brazos- ¿Que tan grande es la gravedad del asunto?- pregunté.
- En mi caso sería algo que tal vez nunca te han contado- dijo Brietta mientras sentaba a la pequeña niña a su lado, se acomodó la bata que llevaba y prosiguió- Pero mi castigo sería perder mis alas y olvidar la existencia del mundo celestial, caería de la gracia celestial y me volvería tan solo cenizas.
- ¿Morirías?- pregunté.
- Mi alma no descansaría- dijo Brietta- Sería una agonía eterna, vagando sin rumbo ni memorias.
- No pongas esa cara de terror- dijo Alexander llamando mi atención- Porque lo que te sucedería es casi igual a lo que le sucedería a ella.
- ¿Que me sucedería?- pregunté en un susurro, tenia un nudo en la garganta.
- Te quitarían tu esencia de Dios, tus padres renunciarían a tu existencia de forma obligatoria y estarás condenada a vivir como una humana recordando tu vida como diosa sin poder volver a ver a ningún celestial nunca más; pero no te preocupes, si te podrías ver con los demonios, pero no con Lucifer- Alexander se paro y desde arriba mirándome con algo de desprecio agregó- Porque aunque Lucifer siga siendo un ángel caído, sigue siendo un celestial- bromeó de una manera que logró ponerme aun más molesta.
- Lo nuestro hubiera firmado nuestra sentencia de muerte- dijo Brietta muy seria.
- ¿Como es que no note que eras un ángel celestial?- pregunté.
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Llegaste a mí
RandomCeleste Sun la última hija de la Diosa Luna y el Dios Sol; pero la primera en preferir a su padre, y la única baja la tutela de este. Vive en la tierra desde hace 17 años, pero ella lleva viéndose de 18 desde que nació. Su vida llena de sus caprich...