Capitulo 9

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Miré a Alexander, luego a Brietta y por último a la pequeña que estaba sentada en las piernas de esta.

- Creo que necesitas una explicación- dijo Alexander.

- Pues eso creo yo también- dije con ironía mirándolo.

- Comencemos por lo más simple- dijo Brietta- Soy un ángel celestial.

Quede boquiabierta- Eso no es lo más simple, pero gracias por comentarlo.

- Y Alexander es mi sobrino- continuó- Es el hijo de mi hermano, el cual te comenté que era mi hermano más cercano.

Miré a Alexander que estaba relajado sin expresión alguna.

- ¿Con él fue el que conversaste el día de nuestra cita?- pregunté sin dejarlo de mirar.

Él sonrió de lado.

- Si- dijo ella, se mordió ligeramente el labio.

- Yo soy quien las salvo de un gran castigo- dijo él.

- ¿Gran castigo?- pregunté confundida.

- ¿Acaso nunca has estudiado sobre las reglas del mundo celestial? ¿Su historia? ¿O algo?- dijo Alexander con un tono burlón.

- Pues no, no tuve tiempo porque me la pase más en la tierra que en ese mundo- dije yo.

- De lo que Alexander habla es de un castigo que reciben los ángeles y Dioses que tienen sexo- aclaró Brietta- Está prohibido que los ángeles y los Dioses estén entre ellos- ella del mordió el labio inferior- Por eso no hay Dioses con ángeles saliendo ni nada.

- Nunca escuché de ángeles saliendo con Dioses- dije asintiendo levemente para luego mirar a Alexander y agregar- ¿Pero acaso tú no eres de padre ángel y madre Diosa?

Él en un tono arrogante contestó- Pues para esa prohibición hay una pequeña excepción que se hizo para mis padres, solo si son almas gemelas pueden estar juntos- su sonrisa era de arrogancia- Y digamos que mis padres son el uno para el otro.

Yo rodé los ojos, maldito presumido.

- ¿Y cual es el castigo?- pregunté cruzándome de brazos- ¿Que tan grande es la gravedad del asunto?- pregunté.

- En mi caso sería algo que tal vez nunca te han contado- dijo Brietta mientras sentaba a la pequeña niña a su lado, se acomodó la bata que llevaba y prosiguió- Pero mi castigo sería perder mis alas y olvidar la existencia del mundo celestial, caería de la gracia celestial y me volvería tan solo cenizas.

- ¿Morirías?- pregunté.

- Mi alma no descansaría- dijo Brietta- Sería una agonía eterna, vagando sin rumbo ni memorias.

- No pongas esa cara de terror- dijo Alexander llamando mi atención- Porque lo que te sucedería es casi igual a lo que le sucedería a ella.

- ¿Que me sucedería?- pregunté en un susurro, tenia un nudo en la garganta.

- Te quitarían tu esencia de Dios, tus padres renunciarían a tu existencia de forma obligatoria y estarás condenada a vivir como una humana recordando tu vida como diosa sin poder volver a ver a ningún celestial nunca más; pero no te preocupes, si te podrías ver con los demonios, pero no con Lucifer- Alexander se paro y desde arriba mirándome con algo de desprecio agregó- Porque aunque Lucifer siga siendo un ángel caído, sigue siendo un celestial- bromeó de una manera que logró ponerme aun más molesta.

- Lo nuestro hubiera firmado nuestra sentencia de muerte- dijo Brietta muy seria.

- ¿Como es que no note que eras un ángel celestial?- pregunté.

Llegaste a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora