(...)
- Es un gran privilegio el participar en el partido- dijo Santiago- Felicidades preciosa, lo lograste.
- Aunque yo hubiera preferido que te vuelvas porrista- dijo Iris poniendo un plato de huevos revueltos en la mesa.
- Qué horror- conteste yo- Ser porrista es tonto.
- Eso te hace ser popular- contesto Iris- Además no porque seas porrista significa que seas tonta, mis amigas de la oficina fueron porristas en su secundaria.
-Solo digo que Ana ha luchado y entrenado bastante para poder participar en el equipo de los varones junto a su amiga; no creo que deba de dejarlo por ser porrista, a menos que eso quiera ella- la mire y ella me miro- Y no te preocupes, es mi hermana menor, ya es popular- le dije guiñándole un ojo a Ana.
Dirijo mi mirada a mi libro y apoyo mi cabeza en mi mano.
Ana sonrió negando- No es lo mejor ser la hermana menor de Celeste Dugés.
Deje de leer el libro para mirar a Ana algo confundida- ¿Por qué lo dices?- pregunte.
- Todos esperan de mí demasiado- se queja suspirando- Piensan que herede todas tus habilidades; piensan que debo de ser igual de perfecta que tú.
- Ana- tome su mano por encima de la mesa- Cariño, tu eres más que la simple hermana de Celeste Dugés; eres Ana Dugés, una niña talentosa en muchas cosas, eres linda e inteligente; preciosa, nadie es perfecto, yo menos; pero tú eres increíble, seas quien seas, hagas lo que hagas serás increíble y que nadie en la faz del universo te diga lo contrario; eres mujer, en si las cosas serán más difíciles para ti por culpa de la sociedad, pero estoy segura de que siempre podrás con todo, y si algún día no puedes no te preocupes, aquí está tu familia que siempre te ayudara a seguir adelante- Ana me dio una sonrisa enorme.
- Gracias Celeste- yo le sonreí.
- De nada, apúrate en comer, tienes un partido de soccer al cual asistir- ella empezó a comer rápido, mire mi taza de café para tomarla y llevarla a mis labios- Y muchos traseros de mocosos presumidos que patear.
- Dalo por hecho- me contesto, termino de comer con rapidez y salió hacia su habitación.
- ¿Segura que no deseas que contratemos a algún equipo para que te ayuden con la mudanza?- pregunto Iris.
- Estaré bien, tengo dos fuertes hombres que van a ayudarme- conteste- Ustedes vayan al partido de Ana, porque para mañana por la tarde debemos estar dejando este lugar por completo- dije sin dejar de mirar mi libro.
- Lo bueno de esa casa es que tiene su propio gimnasio incorporado- dijo Iris.
- Y un salón de juegos- agrego Santiago.
- Y sus paredes son aprueba de ruidos- dije yo llamando su atención, deje de mirar mi libro para mirarlos- Lo que significa que no necesitaran irse a un hotel una vez al mes para poder gritar como desean mientras cogen- dije con una sonrisa y cerré el libro. Me pare de la mesa- De nada- y salí de la cocina con mi libro en manos.
Subí a mi habitación para terminar algunas maletas, ya la mayoría de cosas estaban empacadas; me acerco a la ventana, y veo en el piso una rosa. La recojo y al levantarme la llevo a mi nariz para olerla.
Huele delicioso. Amo las margaritas.
Con una sonrisa en los labios levanto la vista y mi mirada se cruza con la de Noah.
Nos quedamos en esta posición por varios segundos hasta que él decide darse la vuelta y salir de su habitación.
Es mejor así, la distancia es la mejor opción.
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Llegaste a mí
RandomCeleste Sun la última hija de la Diosa Luna y el Dios Sol; pero la primera en preferir a su padre, y la única baja la tutela de este. Vive en la tierra desde hace 17 años, pero ella lleva viéndose de 18 desde que nació. Su vida llena de sus caprich...