—Channie, ve a tu cuarto, por favor —era probablemente la quinta vez que se lo pedía, pero el niño no se había movido ni un centímetro del sofá.
—¡Papá! No quiero —se quejó—. ¿Por qué tengo que ir a dormir tan temprano?
—No es temprano. Tendrás sueño mañana cuando vayamos a despertarte.
—¡Entonces no me despierten!
Ten suspiró. Aun no se acostumbraba a la parte en que debía regañar a Haechan, el niño era terco como el demonio y a veces sentía que estaba cerca de volverse loco.
—Mi vida —se arrodilló frente a él mirándolo directamente—. Tienes escuela mañana.
—Nooo ¡Arruinaste mi vida!
Ten bajó la cabeza intentando no reír frente a su hijo para mantener la imagen seria de padre responsable, pero el niño lo hacía difícil siendo tan dramático como era.
—Le prometiste a Mark que irías y parecías muy feliz.
Haechan se dejó cargar por su papá gato hasta su habitación.
Hace poco más de un mes había comenzado a dormir solo, antes de eso no podía dormir si no sentía a alguno de sus papás cerca porque sentía mucho miedo de que lo hubiesen abandonado y su corazón dolía, pero lentamente había logrado superar su miedo, además habían decorado su cuarto entre los tres y había quedado muy bonito con estrellas que brillaban en la oscuridad y muchos juguetes.
—Marrk el león dijo que no estaríamos en el mismo salón —de mala gana se quitó la ropa para ponerse el pijama de ositos que la tía hada madrina le regaló en navidad—, así no quiero.
—Pero se verán en los recesos —papá gigante apareció, sentándose al final de la cama.
—Y conocerás más niños —papá gato le revolvió el cabello y buscó un cuento para esa noche.
El pequeño no les dijo nada, pero la verdad era que tenía mucho miedo de que los otros niños fueran malos con él, aunque Mark dijo que lo iba a proteger tenía sus dudas porque lloró cuando una mariposa se le posó en la mano un tiempo atrás.
Ya no quería pensar en eso, así que escuchó atentamente el cuento que su papá gigante leyó mientras su papá gato le masajeaba el cabello, siempre con Jiji la llama guerrera entre sus brazos. Tenía que ser valiente como un príncipe, algunas aventuras eran difíciles y él sabía de eso, pero debía ser fuerte como el tío rana le decía que era y enfrentarse para ganar, ganar un besito de cada uno de sus papás y un helado.
Estando en la entrada de la escuela puede que se haya emocionado un poquito viendo a todos los niños, los murales coloridos y los juegos, aun así, no era suficiente para que fuera capaz de soltarse de las piernas de sus papás.
No se sintió seguro hasta que Marrk el león apareció y entonces parecía que eran sus padres quienes no querían dejarlo ir, pero al final se separaron, no por mucho le recordaron los adultos. Su amigo lo llevó hasta su salón donde fue recibido por una amable señorita que le recordó a una flor, así que cuando Mark lo dejó no se sintió tan triste como creyó.
Adentro había niños y niñas, algunos eran tan tímidos como él mientras que otros corrían de extremo a extremo.
La profesora flor les pidió que se sentaran para comenzar la clase, Haechan lo hizo cerca de la adulta para sentirse a salvo. Luego, ella les pidió que se presentaran diciendo su nombre y algo que quisieran compartir, al haberse sentado adelante tuvo que hacerlo primero.
—Mmm... Mi nombre es Suh Donghyuck —era la primera vez que se presentaba con ese nombre ante gente nueva, eso le dio confianza— y después de clases papá prometió que visitaríamos a papi en su trabajo para ir a comer helado.
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Sunshine | NCT/WAYV
FanfictionUna fría noche de noviembre, un niño abandonado y dos hombres con mucho amor para compartir. ↪Haechan de 5 años. ↪JonhTen.