Capítulo 10

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—Un elefante se balanceaba en la tela de una araña —el niño chilló, interrumpiendo a Ten quien hizo una mueca, pero continuó— y como veía que se caía fue a llamar un camarada.

—¡Por supuesto que caía! —Exclamó Haechan con expresión de obviedad— ¡Es un elefante en la tela de una araña! ¿Por qué iba a subirse a esa cosa?

—Tal vez era una araña gigante —se exasperó el adulto—. Dos elefantes se balancea-

—¡Eso es aún más imposible! ¿Dos elefantes?

Ten lloriqueó contra la almohada, balbuceando que sólo era una canción infantil y que él quería cantarla.

Haechan le acarició la cabeza como había visto a Johnny hacerle y luego se aferró a su brazo.

—¿Podemos cantar otra canción, rey gato?

El aludido lo miró con un puchero pronunciado, aceptando a regañadientes y comenzando a cantar pin pon es un muñeco con el pequeño imitando las acciones cantadas.

A mitad de la canción, el timbre de la casa sonó. Haechan se quedó en la sala de estar mientras Ten se dirigió a la puerta esperando a cualquier persona excepto a su hermana biológica.

—Tern —boqueó como un pez, su cabeza conectando dos neuronas para intentar cerrar un poco la puerta.

La chica, con una elegancia natural, empujó al hombre y cerró la puerta una vez estando dentro, sus ojos eran penetrantes sobre él.

—Tu hermano me dijo que pediste una hora con él, y no tuve que pensar mucho para saber que hiciste algo. Si querías hablar con Kun, lo hubieses arrastrado contigo; si la cita fuera para Mark estaría con el nombre de Taeyong... Así que, ¿qué cosa estúpida has hecho?

Ten se mordió el labio. Kun era un maldito chismoso y Tern una metiche. Y él estaba en problemas.

—¡Rey gato! Ya tengo haaambre.

Haechan se acercó arrastrando los pies, haciendo un adorable puchero y abrazándose a la llama de peluche.

La mujer desconocida abrió los ojos y la boca, Donghyuck creyó que se veía graciosa, aun así, parecía la mujer más hermosa del planeta. ¿Podría ser ella otra princesa? Estaba seguro de que sí.

—¿Quién-?

—¡Príncipe! Ve con el gigante para que prepararen la cena.

El niño no se movió, estaba encantado con la belleza de la mujer, ella lo observaba de vuelta y eso le gustaba, ella le agradaba, pero ya no estaba seguro de que fuera una princesa.

—Hey, bebé, ve con el rey gigante, por favor.

Haechan rezongó antes de obedecer. Le preguntaría al gigante quién era la hermosa mujer.

—Tengo hambre. Prepara la cena —irrumpió el niño en la oficina del mayor de los adultos.

Johnny levantó la mirada del computador, sus lentes se deslizaron por su nariz y su ceja estaba elevada.

—Mira cómo me hablas, mocoso —rio.

El niño soltó una risita y corrió hacia él, el hombre se alejó ligeramente temiendo que Haechan quisiera subírsele a las piernas y él lo hiciera caer.

—El rey gato está hablando con una mujer muy bonita —dijo, movió con sus manitos las hojas sobre el escritorio, ninguna tenía dibujitos.

—¿Una mujer? ¿Rubia y de ojos grandes, de casualidad?

Haechan frunció la cara al pensar.

—Sí. Es muy, muy bonita.

—Lo es. Es la hermana del rey gato.

—Pero ella no parece un gato.

Johnny rio divertido. Le gustaba que Haechan tuviera una imaginación tan activa y dijera lo que se le cruzaba por la mente, estaba acostumbrado a Mark, quien era más bien tranquilo y callado como su padre. Su pequeño, por otro lado, era escurridizo y travieso, era difícil para él no verse reflejado.

Sunshine | NCT/WAYVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora