La nieve se derretía lentamente afuera. Adentro, un alegre niño corría desde la cocina hasta la sala de estar sosteniendo dos galletas robadas para ofrecérselas como ofrenda de paz al otro niño que estaba enfurruñado en una esquina del sofá.
Mark y Donghyuck no habían tenido un buen comienzo. Al pequeño canadiense no le había gustado para nada que otro niño estuviese robándole descaradamente la atención de sus tíos favoritos, de todos ellos, incluso su papá le había acariciado el cabello.
A Haechan, por otro lado, le gustó tener a otro niño con quien jugar, sus padres le habían dicho que aquel niño era importante para ellos, tanto como él mismo, así que se acercó para jugar, el muchachito se escondió entre las piernas de su papá al principio, pero finalmente decidió ir con él.
La segunda impresión fue peor que la primera. Pronto descubrieron que no querían jugar los mismos juegos ni con los mismos juguetes, no habían concordado en ninguna idea, por lo que no pasó mucho tiempo para que se frustraran y se enojaran tanto con el otro que lo juguetes comenzaron a volar de un extremo a otro hasta que ambos acabaron llorando.
Mark se había hecho bolita en el sofá negándose a ver al niño chillón y Haechan había corrido hasta Johnny para pedirle que sacara de la casa al niño feo.
Pero había pasado mucho tiempo desde eso —unos quince minutos— y Donghyuck de verdad quería jugar con los dinosaurios que el niño león había llevado, el tío papá del niño se lo había dicho, así que le dio una galleta de las que el tío cuncuna había hecho.
Desde ese momento no se separaron por resto del día ni sus vidas.
Haechan estaba realmente emocionado por esa navidad, era la primera que pasaría con los reyes, sus padres, y estaba conociendo a otras personas muy amables
Estaba el tío papá de Mark que parecía una rana de ojos muy grandes y su hijo que parecía un león bebé, también estaba el tío oso pardo que tenía un nombre con J que Haechan no alcanzó a guardar en su cabeza por estar muy cómodo entre sus brazos, además de ellos estaban la tía hada madrina y el tío cuncuna acompañándolos.
Todos ellos le decían apodos bonitos y le sonreían mucho, pero nada se comparaba al calor que sentía cada vez que tenía la atención de sus papás.
—¿Hablaron con sus padres? —Tern miró a Ten y a Kun mientras ayudaba a organizar la mesa.
—Sí, hay una tormenta, por eso no pudieron viajar —Ten se veía realmente triste—. De verdad quería que conocieran a Haechannie hoy, pero también será genial pasar año nuevo con ambas familias aquí.
—¿No viajarán a Estados Unidos este año? —Jaehyun se estaba comiendo todo lo que Ten robaba para sí mismo de los preparativos.
—Queremos que Haechan esté completamente bien antes —respondió Johnny golpeando las manos de su mejor amigo y de su esposo para que dejaran de sacar la comida— física y mentalmente.
—Parece un niño muy fuerte —Taeyong se acercó a los adultos después de comprobar que los niños se llevaban mejor.
La pareja sonrió, sin embargo, la sonrisa no llegó a sus ojos. Estaba siendo difícil para el niño, tenía pesadillas y lloró desesperadamente los primeros días cada vez que alguno de ellos no estaba en su campo de visión. Taeyong tenía razón, era un niño fuerte y muy inteligente, pero seguía siendo eso, un niño que necesitaba protección y seguridad, ellos estaban luchando por demostrarle a su pequeño que estaría bien.
—A veces realmente me asusta que no seamos suficiente para él —admitió Ten—. ¿De verdad podemos cuidar bien de él?
—No es tu culpa —aseguró Kun—. Sus traumas no son tu culpa ni de Johnny, pero son su responsabilidad ahora y nos tienen a todos nosotros para ayudarlo a él y a ustedes también.
—No piensen que están solos en esto —dijo Taeyong serio—. Ustedes me ayudaron muchísimo cuando tomé la custodia de Mark, se los debo, pero incluso si no fuera así, aun estaría para ustedes.
—Exactamente —agregó Jaehyun—. Todos podemos ser un poco de ayuda si nos dejan.
Tern sonrió viéndolos, tomando un sorbo de vino antes de hablar.
—Somos familia después de todo.
Ten sintió como las lágrimas se le atascaban en las comisuras de los ojos, al mirar a Johnny éste tenía la cara cubierta con su antebrazo. Se sintió liviano de repente, supo que era porque había gente dispuesta a sostenerlos si caían y se sintió un poco más feliz, estaba rodeado de personas a las que amaba inmensamente y que lo amaban también, quería darle esa seguridad y amor a su pequeño rayo de sol para que nunca dejara de brillar, incluso si las cosas parecían complicadas.
El timbre comenzó a sonar repetidas veces, rompiendo un poco la cálida atmosfera, junto al sonido irritante se escuchó el grito preguntado por el señor Suh. Johnny se rio cuando su pareja lo miró para que fuera atender, sin embargo, cuando abrió la puerta la señora Lee pidió que fuera el otro señor Suh a hablar con ella.
Ten se inclinó hacia ella, agradeciéndole una vez más haberle permitido tener a Donghyuck devuelta con ellos debido a su testimonio, la señora le palmeó la cabeza para que se levantara y le recibiera una bolsa en la que se encontraba la llama colorida con la patita cocida de vuelta en su lugar y un nuevo vestido a medida, además de un cuaderno con consejos medicinales que ella escribió esperando que le sirvieran, <<secretos de viejas>> había escrito en su interior, se despidió rápidamente sin decir mucho y desapareció.
La pareja Suh se miró y se sonrió. El mundo parecía estar en su lugar otra vez y ellos no podían sentirse más dichosos.
Haechan apareció entre ellos antes de que cerraran la puerta, causándoles un sobresalto.
—¿Qué hacen aquí? ¿Vamos a salir a jugar?
Los adultos pusieron cada uno una mano sobre un hombro del niño empujándolo suavemente lejos de la fría noche. El niño hizo una mueca agarrándose fuerte de la pierna de su papá gigante.
—¿A qué hora vamos a comer, papi? —Rezongó—. La pancita de Haechannie tiene muuuchaaa hambre.
—Pobre pancita de Haechannie —le apretó la nariz Johnny.
—Papá gato —se soltó de la pierna del más alto de los adultos para que el nombrado lo sostuviera en brazos—. Marrk el león dijo que abriremos los regalos después de comer, ¿es verdad?
—Sólo si te comes todo.
—¡Por supuesto!
Ten lo cargó hasta que estuvieron en la sala de estar otra vez donde el niño más grande lo llamó y Haechan corrió a su encuentro.
Johnny pasó uno de sus brazos por la cintura de su pareja, ambos admirando a su pequeño bebé jugando en la sala de estar y sonrieron, habían estado sonriendo mucho desde que su rayo de sol había regresado a iluminar sus vidas.
Estaban asustados de cometer errores y no ser los padres que el niño mereciera, pero también se sentían afortunados de tener la oportunidad de compartir el amor que sentían, si veían esa bonita sonrisa y los ojos brillantes del pequeño se llenaban de confianza, se convertirían en los padres que protegerían y ayudarían a crecer a Donghyuck, al rayo de sol que llegó en medio del invierno, el mejor regalo que pudieron recibir del destino.
Donghyuck miró a sus padres cuando ellos no se daban cuenta, se tocó el pecho donde el calor permanecía. Sentía mucha energía y tenía muchas ganas de reír, se sentía feliz, lo sabía porque todo su cuerpo cosquilleaba y no dolía nada. También estaba asustado, no quería estar nunca lejos de aquellos dos hombres que le habían dado un hogar, un lugar en donde se sentía amado, pero confiaba en ellos, sabía que si se dejaba caer a sus brazos lo sostendrían.
Los reyes le habían dicho que él era el mejor regalo que habían recibido, pero sabía que en realidad ellos fueron el regalo en su vida, había estado triste, hambriento y con frío, y entonces ellos aparecieron, lo abrazaron y lo convirtieron en un príncipe feliz.
Haechan sabía que no era el final del cuento de hadas, aun le quedaba mucho por descubrir y quería tener las manos unidas a los reyes cuando la historia avanzara. Quería sentirse siempre tan feliz como en ese momento.
FIN.
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Sunshine | NCT/WAYV
FanfictionUna fría noche de noviembre, un niño abandonado y dos hombres con mucho amor para compartir. ↪Haechan de 5 años. ↪JonhTen.