11 de abril, 2005
8 años atrás
"Vamos, apúrate Jungkookie" gritaba Jimin unos metros más adelante que él.
Jungkook quería seguirle el paso pero, gracias a qué sus padres decidieron tenerlo dos años tarde, Jimin tenía el cuerpo más desarrollado, las piernas más gruesas y el tórax más ancho; por lo cual era casi que obvio que no podía ir a la par suya.
Y él parecían no entenderlo.
Lo dejó atrás hacia unas cuadras y su débil cuerpo ya no soportaba el seguir corriendo. Estaba molesto con él, no le costaba nada esperarlo. Pero Jimin quería llegar al parque antes que los demás niños ocuparan todos los juegos.
Malditos niños.
"¡Jimin!" gritó formando un altavoz con sus manos. "¡Espera!"
El chico frenó y se volteó a ver, metiendo las manos en su shorts azules esperando a que Jungkook llegara a su lugar. Una vez cerca suyo el menor se desplomó en un árbol a su izquierda respirando agitado, la corrida lo había matado. El castaño se agachó y lo tomo del brazo.
"Aguanta un poco más Kookie, faltan dos calles" le dijo con puchero.
Malditas dos calles.
"Hyung, no puedo más"
Estaba exhausto y ni siquiera había empezado a jugar en los aparatos del parque. Era una tarde de primavera y hacía demasiado calor, el cabello húmedo se le pegaba a la frente y la remera la sentía igual de mojada. Debía parecer un desastre y seguro que a su madre le daría un ataque si lo viera en ese estado.
"Por favor" lo miró con ojos de lástima. Esa era la cara que Jimin ponía cada vez que quería que le compartiera dulces o vieran la película de acción que él quería. Esa cara a la que Jungkook simplemente no se podía negar. "No te vas a arrepentir"
Se levantó a duras penas y tomó su mano, rumbo al parque. Con las piernas ardiendo caminaron a paso constante.
A pesar de ser menor, Jungkook tenía debilidad por Jimin y buscaba protegerlo siempre que pudiera desde que lo conoció hacía un par de meses, cuando el castañito se mudó a Daegu. Hace una semana una niña muy fea se burló de sus cachetes "demasiados inflados" como dos globos de helio, y Jimin se largo llorar en el baño. Él no podía quedarse de brazos cruzados así que se escabulló de su aula, hasta la de los mayores, y se hizo pasar por uno de los niños de cuarto grado. La niña apareció una hora después llorando porque había goma de mascar en su flequillo.
Obviamente lo delató ante la directora logrando que llamaran a sus padres y lo castigaran con una semana sin salir de la casa. Lloró y pataleó explicándole lo que hizo por Jimin. Pero su madre se puso firme y le quitó sus videojuegos hasta que 'aprendiera a no pegar chicles en los flequillos de las niñas'.
Hoy era su día de libertad por lo que Jimin se presentó en su casa para invitarlo a jugar. Su madre de corazón débil por el pequeño amigo le permitió ir con la condición que estaría antes de la seis de vuelta.
Cuando llegaron al parque Jimin soltó su mano y corrió al tobogán enorme. Estaba lleno de niños, algunos en el tobogán, otros en los columpios compitiendo quien llegaba más alto, o en el sube y baja.
Jungkook se sintió asustado.
No solía estar rodeado de otro niños, era hijo único y sus primos eran mucho más grandes que él así que casi nunca jugaba con nadie que no fuese Jimin o su vecino Yugyeom.
"¡Ven Jungkookie!" lo llamó Jimin haciendo un gesto con la mano.
Él estaba haciendo la fila para subirse al tobogán y se puso a conversar con el niño frente suyo.
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RESET | taekook
Fanfiction¿Qué harías si la vida te da una segunda oportunidad? "Jungkook, ¿en qué nos hemos convertido? Ya no comemos juntos, duermo en la cama y tú en el sillón. Te la pasas pegado a la computadora y no hemos tenido sexo en dos meses. Estoy cansado y no pue...