27 | Graduation Song

576 82 38
                                    

No.

¿Acaso el techo de arriba era el de su casa?

Jungkook destapó las sábanas arriba suyo, notando los dibujos de autos en ella, y cuando dejó su pijama rosa a la vista vió que tenía un pequeño... problema.

Dios, ¿hace cuánto no le ocurría aquello?

El dolor de cabeza le cortó la respiración y apoyó la palma de su mano en la frente.

Al instante notó algo.

La delicada pulsera de plata que siempre, siempre adornaba su muñeca, no estaba. Era especial, no solo porque lo compartía con Taehyung sino porque era lo único que lograba calmar su ansiedad. Fue el objeto que lo acompañó en los últimos tres años de universidad, a quien acariciaba buscando apoyo durante un exámen, que lo vió llorar cada vez que peleaba con su novio y era el único que sabía su secreto.

Se paró rápidamente ignorando el dolor de cabeza y el tirón de su entrepierna, y revolvió la ropa de la cama, buscando el brazalete. Tiró el gran acolchado hacia atrás, pero no escucho caer el bulto de plumas y tela al suelo. Se dió la vuelta no esperando que la colcha de su cama esté... ¿parada?

Con cautela se acercó y tomó la tela apartando poco a poco revelando la figura debajo de ella.

"¡Ay, santa mierda!" se sobresaltó cuando la cara de un niño adulto mirándolo impasible. "Un ogro"

Seokjin frunció el entrecejo claramente ofendido.

"Tú eres un ogro" se quitó el acolchado de encima suyo con estrépito despeinando sus rizos oscuros en el proceso.

Jungkook sacudió las manos y lo miró a los ojos.

"Ayúdame a buscar la pulsera de Tae" se volvió a buscar entre las sábanas.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al no encontrar con la mirada algún destello metálico. No podía perder esa pulsera, no con ese dije, no por favor...

El guía sintió empatía por el chico afligido.

"Jungkook-ah"

Jungkook lo miró con las mejillas mojadas. Abrió la boca para decirle algo, pero una voz chillona proveniente de la planta baja de la casa lo interrumpió.

"¡JUNGKOOK!"

Escuchó los pies de alguien retumbar sobre la madera de la escalera subiendo con rapidez.

"¡Jungkook-ah! ¡Si no despiertas en este momento te patearé el culo tantas veces que tendrán que quitarte mi zapato quirúrgicamente!"

¿Mamá?

La puerta recibió los golpes enojados de la mujer al otro lado del pasillo.

"¡Jungkook! ¡Sal y levántate o te-!"

Se cortó cuando la puerta blanca se abrió revelando a un adolescente con lágrimas en los ojos que se arrojó a sus brazos, rodeando su espalda y llorando en su hombro.

"Mami" sollozó.

La mujer de greñas castañas arqueó la cejas confundida y le dió pequeñas palmadas en la ancha espalda a su hijo de dieciocho años.

"Está bien, mi amor. Prometo no patear tan fuerte"

Jungkook se separó riendo y limpiando sus mejillas. Las manos de su madre le acunaron el rostro, pasando los pulgares por sus pómulos alcanzando la gotas de aguas cristalinas que caían de sus ojos.

"¿Qué pasa bebé?"

El pelinegro ladeó la cabeza besando la palma de su mano sintiendo el sabor salado de sus lágrimas y la textura fría de los anillos que su madre solía usar. Negó con la cabeza contrayendo la cara en una mueca de dolor llorando por lo bajo y agachando la cabeza.

RESET | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora