20 | Lonely Boy

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Julio, 2012

"¿A dónde vas?"

Yoongi se frenó al escuchar la voz femenina hablarle desde la cocina, soltó el pomo de la puerta principal y se dirigió a la mesa donde su madre descansaba el codo de la mano izquierda con un cigarrillo entre el dedo anular y mayor.

La casa olía mal de por sí, el aroma a alcohol estaba tan impregnado en el ambiente que no importa cuántos productos de limpieza utilice para limpiar, cuantos perfumes de segunda calidad utilice para tapar, el olor moribundo no se desprendía.

De su casa, de su ropa, de su familia.

Y era el perfume característico del linaje Min desde hace dos años, luego de la tragedia que se llevó el alma de su hermano, y con ella, la poca estabilidad mental de la familia.

Y que su madre lo mezclara con el humo del cigarrillo, empeoraba la situación.

"Voy a lo de Jimin" a Yoongi le picó la nariz.

La mujer ladeo la cabeza.

"¿Vas a la casa de ese chiquillo?" Yoongi asintió en afirmación. "¿A qué hora vuelves?"

Se llevó el cigarrillo a los labios, succionando la nicotina con esmero, como si aquel elemento cancerígeno pudiera arrebatarle la vida de una pitada. Soltó el humo retenido en sus pulmones en dirección a su hijo menor con la intención de dejar el aroma a cigarrillo en la ropa oscura que llevaba el chico.

"Me invitaron a cenar, así que seguramente duerma allí" contestó tragándose el orgullo adolescente de querer reprocharle porque seguramente llegaría a la residencia de los Park oliendo nauseabundo.

"Te gusta pasar mucho tiempo en esa casa, ¿no?"

Y era una pregunta un tanto obvia porque, ¿a quién no le gustaría pasar la mayoría de sus días en una casa hermosa donde uno era atendido como un rey y, además, era el centro de atención?

No como en su propio hogar, que las paredes se caían a pedazos por la falta de pintura y la madera húmeda del suelo rechinaba con cada paso dado; donde la comida era rotatoria y no podían darse el lujo de comprar alimentos de calidad; y donde su presencia fantasmagórica era apenas notada por sus propios padres.

Dónde a nadie le importaba si vivía, si moría, o si se ahogaba en sus propios pensamientos autodestructivos.

"Si, digamos que es mejor que aquí" la desafió con la mirada cuando la mujer sonrió enseñando la hilera de dientes amarillentos, burlándose de su hijo.

"Entonces, me estás diciendo que los Park son más agradables que nosotros" dió otra pitada reclinándose sobre la silla en pose arrogantes. "Así que te follas al niñito sólo pasarla bien"

Yoongi no lo soportó.

Se dió media vuelta, olvidándose de que la persona enfrente suyo era su madre, y caminó hasta la puerta dispuesto a irse. Jimin era un extremo que no dejaba que nadie cruzase. No con él presente.

"¡Bien! ¡Vete con la perfecta familia Park y todos esos idiotas!" le gritó su madre desde la cocina. "¡Y asegúrate de pasarla bien!"

Tuvo que caminar varias cuadras hasta que la angustia se diluyera de su torrente sanguíneo y pudiera tranquilizarse, lo suficiente para poder presentarse frente al castaño sin que la vena de la frente explote por el estrés. Tomó un largo respiro repitiendo mentalmente el mantra que solía decirse en situaciones como esta.

Está bien, todo está bien, y todo lo estará...

Está bien, todo está bien, y todo lo estará

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