26 | Dammit

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Maldita sea.

Jungkook acomodó la almohada por décima vez, apoyó la cabeza con fastidio y obligó a su cerebro a dormirse.

"Duérmete, duérmete, duérmete..." musitaba por lo bajo cerrando sus ojos con fuerza.

Y es que la opresión y dolor en el pecho lo estaban desgarrando por dentro.

El estallido del arma arrebatándole lo más preciado que le quedaba en el mundo retumbaba en sus oídos como un zumbido sordo. Y era tan desagradable como lastimoso. La imagen de Taehyung muerto, sus ojos rojos y abiertos, en suelo de la habitación nupcial, vestido con el hermoso traje que usaron para casarse; se reproducía en su párpado cada vez que cerraba los ojos, como si se tratara de un disco rayado y eso le impedía consumar el sueño.

Rodó sobre si mismo quedando de espaldas, con el mirada fija en el blanco techo del cuarto y los ojos picando de angustiosas lágrimas.

"Piensa cosas bonitas" se dijo a si mismo. "Piensa en hadas, ovejas, Iron Man... Lo que sea"

Cerró los ojos nuevamente intentando tranquilizar su respiración y contando en voz baja.

"Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete..."

Y parecía funcionar porque poco a poco sentía como su pulso se relajaba, le pesaban los párpados y su cuerpo de a poco perdía rigidez, exhaló entregándose lentamente a los brazos arrulladores del sueño.

Si bien era un tipo de relajación engañosa, porque sus músculos seguían alerta y el olor a sangre fresca seguía impregnado en la punta de la nariz, era suficiente para engañar a su cerebro y permitirse dar un último suspiro antes de dejar su cuerpo a la merced de las dulces sábanas de la cama que lo arrullaron complacidas de cumplir su función.

No se escuchaban ruidos externos demasiado fuertes. E incluso, si agudizaba el oído lo suficiente, podía escuchar el mar chocar contra la arena.

Estaba bien, estaba a salvo.

"¿Jungkook?"

Abrió los ojos.

Maldito sea Kim Namjoon.

Jungkook se quedó un rato quieto, esperando que su hyung se rinda y decida irse porque no poseía ni las ganas ni la capacidad mental necesaria para mantener una conversación coherente con alguien.

Oh, pero estaba pasando por alto un pequeño e insignificante detalle que invertía la situación en su contra.

La tenacidad de Namjoon.

"Vamos Kook, sé que estás despierto"

Jungkook suspiró visiblemente derrotado y arrastró los talones fuera de la presunta comodidad de la cama del hotel hasta la puerta. Tiró del picaporte dorado permitiendo que un haz de luz proveniente del pasillo se filtre por una pequeña abertura y que Namjoon, vestido ya con ropas más casuales, lo mire desde afuera.

"Hola Kook" musitó con una leve sonrisa al ver los ojos rojos e hinchados de su dongsaeng. "¿Puedo pasar?"

Dudó al principio, pero el pelinegro se corrió un poco cumpliendo lo pedido y dejando al alto hombre entrar en el cuarto.

Namjoon entró y esperó a que Jungkook cerrara la puerta nuevamente y se arrastre sobre las sabanas destendidas, antes de el tomar asiento en una de las sillas cercanas a la cama.

"Te dieron una linda habitación" comentó como abertura a la posible conversacion, pero en cambió se ganó una mirada ácida por parte del menor. "Lo siento"

Se sumieron en un silencio incómodo.

Jungkook se acomodó, quedando de espaldas a Namjoon, no importandole que su hyung estuviera en la habitación y rogando a su cerebro dormirse de una desgraciada vez.

RESET | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora