Capítulo 38

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Pov's Clay

Mi cuerpo se estremece al escuchar sus palabras, no puedo pensar en nada más que las palabras que acaban de salir de su boca, pero no puedo demostrarle temor, aunque mis piernas tiemblan en este momento.

—Bueno, los espero con ansias.

Cuelgo rápidamente la llamada y dejo caer el celular al suelo, ¿Qué está pasando?, ¿En qué momento todos los monstruos de este lugar se involucraron conmigo?, ¡No entiendo nada!

Comienzo a respirar agitadamente sintiendo una opresión en el pecho, bajo mi mirada y veo la hora en el reloj de mi muñeca, 5:55 pm. Bien, está bien, todo está bien, tengo unas seis horas todavía. ¿A quién se le ocurrió la idea de una matanza contra mí?, No creo que sea idea de Andrew, no es tan listo.

Bueno, he visto demasiadas películas de terror y acción, tengo que saber qué hacer. Recapitulemos, todas las personas amables y lindas de Dalemaine vendrán por mí, eso significa que ahora debo librarme de todo el grupo, secta o lo que sea que hay en este lugar, ¡¿Por qué abrí la boca en la bodega?! Mierda.

¿Qué puedo hacer?

—Debo salir de aquí, sí, eso. Primero lo primero tengo...

Guardo silencio inmediatamente al escuchar como la puerta de mi habitación se abre, permanezco quieta en mi posición por unos segundos hasta ver a Rhydian asomar su cabeza.

—¿Por qué tan preocupada hermanita? — entra en la habitación cerrando la puerta detrás de si, camina en dirección a mi cama y se lanza sobre ésta, mirándome con una sonrisa.

—¿Recuerdas a Andrew?, Ya sabes, el idiota atractivo...

—Claro, ¿Qué pasó con el?, ¿Ya tuvieron sexo?

Ruedo los ojos y le muestro mi dedo medio —No. Hoy vendrá por mí.

—¿Una cita? Vaya, nunca creí que serías de citas.

—¡Vendrá a asesinarme imbécil!, ¡Junto a no sé cuántas personas más!

—Eso si es otro nivel — comenta señalándome y abriendo grande sus ojos — ¿Qué hay de Elizabeth?

—Seguramente es la más feliz por esto.

—No, idiota, ¿Qué piensas hacer con ella?

—¡No tengo idea!, ¡No tengo idea de qué hacer con Andrew, ni idea de qué hacer con Elizabeth, y tampoco sé qué hacer con todos esos psicópatas en mi búsqueda!

Mi voz suena frustrada y un poco cansada, esto de verdad que no me lo esperaba, pero al menos sé que lo más probable es que esta noche moriré.

—Vamos, no puedes dejarte vencer, ¡Eres la maldita Clay Dábalo!

—Si esas son tus últimas palabras hacia mí, me alegra que sean tan amorosas.

—Clay, recuerda que no tienes nada que perder.

—Excepto mi vida.

—Pues ni que fuera tan buena tu vida.

Cuanto consuelo me da mi hermano muerto, es verdad no es tan buena, pero... Espera.

—Mi vida... mi vida... Andrew, su vida. Las personas que están en su vida, yo no tengo nada que perder porque no tengo a nadie, pero él...

Andrew se cree una especie de protector, ha ayudado a todas las personas que ha podido y le importa realmente todo el mundo.

¿Quieres ser un asesino? bien, pero un asesino no puede tener puntos débiles, y tú, Andrew, tienes varios.

Sonrío abiertamente y camino fuera de mi habitación dejando a Rhydian solo. Entro a la habitación de papá y levanto el colchón de la cama con dificultad, al levantarlo veo el arma que era de mi mamá, a ella le gustaba hacer prácticas de tiro, antes de querer que mi cabeza fuera el blanco, claro está.

Andrew: La Oscuridad Prevalece  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora