Capítulo 12 [Parte 2/3]

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Pov's Clay

No puedo creer que alguien haya enviado un paquete para mí, ¿Quién se supone que me conoce como para enviarme un paquete? No importa. Ahora estoy caminando hacia la oficina de correos, no hay muchas personas en la calle y eso me agrada, me he dado cuenta de que en este lugar todos conocen a todos, es muy molesto que las personas que llevan años aquí me vean como un bicho raro.

Veo nuevamente el mensaje que me enviaron con mis datos, la dirección al parecer es la correcta y puedo ver una casa color crema, es de un solo piso y tiene un letrero que dice "Correos de Dalemain", observo con curiosidad como las personas entran y salen del lugar y decido finalmente entrar para ver qué es lo que supuestamente me enviaron.

El lugar es algo pequeño, hay dos ventanillas, una donde es para enviar paquetes y otra para recibirlos, pero hay una fila como de seis personas para poder llegar hasta la chica que atiende. Hago la fila detrás de un chico rubio con lentes, éste se encuentra de espaldas y veo que tiene una chaqueta con el logotipo de twenty one pilots, saco mi celular y comienzo a ver fotos de la galería y borrar algunas innecesarias mientras espero, pero eso no duro mucho al escuchar unos gritos, veo como hay dos chicas encarando a un chico moreno, éstas le gritan mientras él hace lo mismo, entre tantos gritos el chico viene y golpea a una de ellas en la cara, veo que nadie presta atención a la escena o en realidad, veo que nadie quiere ayudarlas.

La chica llora mientras la otra sigue gritando, luego veo como el chico levanta su mano y golpea a la otra chica, yo sonrío mientras espero que la chica le devuelva el golpe, cosa que no hace, débil. ¿Cómo alguien podría dejarse golpear por un idiota? Pensé en ayudarles, no crean que quería dejar que eso siguiera pasando, pero vamos hay que pensar, si yo le ayudo a ella ¿Cómo será su futuro? Esperará siempre que alguien llegue a su salvación y las cosas no son así, o te defiendes de todas las personas que quieren hacerte mierda, o simplemente esperas con fé una ayuda que te saque de una mala situación, las cosas no son así.

No soy niñera de nadie, mucho menos una defensora. En esta vida debes preocuparte por ti mismo, porque si tú no te cuidas, nadie lo hará por ti, la chica es claro ejemplo.

Veo que la fila ha avanzado, solo queda una persona en la ventanilla y el chico frente a mí, éste se da la vuelta y me mira, luego voltea a ver a las chicas, regresa su vista a mí.

—Problemas ¿eh?

—Si, no son de mi incumbencia.

—Vamos, no me dirás qué no te dieron ganas de ayudar a esas chicas.

—Un poco, pero no puedo ir por la vida siendo la defensora de los demás, ellos deben aprender a enfrentar sus problemas por sí solos.

—¿Aunque eso los mate? Porqur pareciera que eso es lo que quiere lograr ese chico.

—¿De qué sirve vivir la vida si lo haces bajo la sombra de los demás?, ¿Si vives la vida sumisa ante las acciones de los demás y teniendo miedo? Eso no es vida, es un infierno. Y si tienes la oportunidad de enfrentar tus problemas aún teniendo en cuenta las consecuencias, es el momento en que tus ojos se abren y aprendes a pelear por ti mismo.

—Tal vez tienes razón.

Ruedo los ojos, cada punto de vista es diferente.

Las chicas y el chico se van juntos hacia la salida.

El chico frente a mi habla algo con la chica de la ventanilla y ésta le da un sobre amarillo, seguramente con algunos papeles adentro.

—Adiós chica ruda.

—No soy ruda.

—¿Sin corazón está mejor?

—Como quieras.

Andrew: La Oscuridad Prevalece  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora