-¿Quién se alegra por estar en un mundo apocalíptico?
Esas fueron las palabras de una joven adolescente que se topó con un hombre imponente al momento de salvarle la vida. Fue caótico para ambos el proceso de comprender que, ahora mismo, el mundo es...
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El grupo estaba en una constante tensión viendo el cuerpo recostado en aquel colchón de uno de los galpones del supermercado.
No obstante, Rainbow lo sabe a la perfección, ellos deben esperar porque los resultados no serán instantáneos. Además, debe sincerarse consigo misma, ese hombre, llamado James, había perdido demasiada sangre y que se haya desmayado debido al dolor que sufrió es normal. De todos modos, su pulso no ha descendido, por lo que es una buena señal, así que no tiene que preocuparse.
Apoyada en el umbral de la puerta del galpón observó a los presentes alrededor de aquella cama con una sonrisa, quiere decir, hace tiempo no se daba el lujo de ver a tantas personas unidas para sobrevivir.
—Muchas gracias, Rainbow. Te lo debemos.
Una señora mayor entrelazó las manos con la recién nombrada, a lo que ella agacha la cabeza aceptando sus palabras.
—En esta situación debemos ayudarnos —musitó en un tono tenue con una sonrisa en el rostro.
—Mi nombre es Jeremy y soy el líder de este grupo, ¿podrías presentarme al suyo?
A Rainbow se le iluminó la mirada, ya que una oportunidad de que su comunidad crezca se estaba presentando.
El hombre rubio, de ojos marrones, esperó paciente por la respuesta antes de tenderle la mano.
—Un gusto Jeremy —puntualizó antes de señalar su espalda—. Iré hablar con él, mientras tanto... —sacó una libreta y un lápiz de su mochila para poder dárselo—. Escribe el nombre de todos y luego se la entregas a Simon, es el sujeto con bigote horrible —susurró las últimas palabras, generándole una sonrisa al contrario.
Por más que a simple vista sean simples personas con buenas intenciones deben ser precavidos, por esa misma razón Simon está en la puerta con un arma entre las manos.
"Espero que Negan esté de acuerdo."
Inhaló con fuerza al momento de salir hacia el exterior, específicamente el estacionamiento, buscando con la mirada a su compañero que se encuentra mirando más allá de las rejas del lugar.
El sol acarició su tez bronceada, por lo que tuvo que entrecerrar los ojos por la ceguera temporal del día.
—Eh —saludó con las manos en los bolsillos, posicionándose junto a su compañero—. Tuve una mañana demasiado atareada —declaró, viendo a los caminantes rasguñar las mallas, pero el silencio entre ambos logró incomodarla—. Sé que no está bien lo que hice, pero esas personas necesitaban ayuda y lamento mucho no haberte informado antes. Pero en el futuro habrá decisiones que no requieran una votación primero, ellas deberán ser instantáneas porque un segundo más hará la diferencia a la hora de salvar vidas —oprimió los labios una vez finaliza las palabras que estuvo recitando en pensamientos.
Él volteó encontrándose con la mirada azulada de la joven que vive poniéndolo todo patas arriba, observa sus ojos, los cuales siguen viéndolo con determinación.
—Eres dueña de hacer y deshacer lo que quieras —comunicó analizando los gestos de la menor.
—Gracias —susurró llevándose una mano hacia la sien para luego señalarlo—. Pero a veces no viene mal que me reprendas.
Él imitó el ademán.
—Lo tendré en mente —aceptó con una sonrisa, la misma que Rainbow hizo.
—Me pondré celosa si le sonríes así a todos, mamá Rainbow cuida a sus polluelos —balbuceó haciendo un mohín, arrancándole una carcajada a su acompañante.
—Oh, mierda –gritó entre risas—. Mami Rainbow va a tener que acostumbrarse.
Ella lo codeó.
—Te quiero, zoquete —manifestó volteándose en el lugar para encaminarse hacia el supermercado, dejando atónito al mayor de ambos.
(...)
—Es así como se gestiona una comunidad —susurró para los tres: Simon, Michael y Harry, porque Negan estaba hablando con Jeremy.
—Sorpréndenos —farfulló, el de extraño bigote, elevando ambas cejas con incredulidad.
La joven chasqueó los dedos, rodando los ojos con desinterés.
"Por esa razón siempre tendrás un feo bigote."
—Mírame brillar, pendejo—escupió con una sonrisa de oreja a oreja, contemplando el desconcierto en aquel de ojos oscuros—. ¡Bien! ¡Escúchenme con mucha atención! —estalló con fuerza, dando a conocer su don para la oratoria—. Nuestro líder, Negan, estará complacido de recibirlos a todos ustedes, sin excepciones. Su nuevo hogar, El Santuario, tendrá las puertas abiertas para todos aquellos con ganas de sobrevivir y convivir con otros supervivientes que deseen una nueva oportunidad. Sin embargo, debemos trabajar en conjunto, como toda comunidad necesitamos que cada uno aporte su granito de arena para que esto funcione y solo así saldremos hacia delante. ¡Bienvenidos! A partir de hoy El Santuario será su nuevo comienzo —volteó, viendo sobre su hombro a Simon con arrogancia.
