-¿Quién se alegra por estar en un mundo apocalíptico?
Esas fueron las palabras de una joven adolescente que se topó con un hombre imponente al momento de salvarle la vida. Fue caótico para ambos el proceso de comprender que, ahora mismo, el mundo es...
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Rainbow.
—N-no puedo hacerlo, ¿Harry...? Harry, estoy muy cansada —suspiré tratando de seguirle el paso, pero mi pecho ha empezado a arder gracias al sobre esfuerzo.
Él no voltea, pero se encoge en el lugar antes de girarse y brindarme ligeramente una mirada rápida.
—Diez minutos —demandó enseñándome su muñeca, tomándose la molestia de picarla varias veces.
—¡Sí, comanda... —traté de chillar, pero el presente hormigueo en la garganta me lo impidió!
—Descansa. Tú metabolismos ya no es el mismo desde aquella vez, Rainbow. Así que, acostúmbrate a vivir como una perezosa —ordenó a secas.
—¡Ah! —estallé abrumada evadiendo la molestia en mi garganta—. ¿Cómo carajos quieres que sea una perezosa en este mundo?
Su labio inferior se curva con perversidad, mas no dijo nada y señala hacia nuestro costando, enseñándome a un caminante que se dirige a nuestra dirección.
—Tendrás que encontrar la forma de sobrevivir, Rainbow —enfatizó en mi nombre con malicia seguido de lanzarme un machete.
"Bueno, siendo sincera, podría ser peor."
Desde aquella vez, Negan me ha prohibido salir de El Santuario y a pesar de mis lloriqueos como niña no hizo caso omiso. Acción que me descolocó, porque él no se resiste a mis encantos.
Pero eso no es importante, mas bien el hecho de mi "recuperación". Pase semanas en cama sin poder moverme correctamente, honestamente, mi cuerpo ardía de fiebre y, a día de hoy, me cuesta respirar correcta. Además, me cuesta hacer muchas actividades que quizás antes eran «pan comido».
"Sobrevivir me ha costado más de lo que debería."
—¡Está bien! ¿Qué podría salir mal? —musité poniéndome en posición para recibir al caminante—. Tú puedes hacerlo. Tú puedes hacerlo, Rainbow —susurré para mí misma estando a unos pasos de aquel monstruo.
Sin embargo, ocurrió algo que nosotros no esperábamos, el machete termina por caer al suelo cuando mis ojos vacilaron por lo que veía.
"No puede ser."
(...)
El sudor se desliza por la frente de la adolescente por la reciente corrida, aún así, no se permitió descansar a pesar de estar ahogada por la presente tos que la reprime. Se recargó en un árbol estando a unos metros de la carretera. Pero la adrenalina de oír los gemidos de los caminantes generó que su corazón se precipitara, por lo que, en un simple movimiento, voltea para encontrarse con su compañero de expedición para sonreírle.
"Sí."
—Bendita sea mi suerte para sobrevivir... —murmuró cerrando con fuerza los ojos— pero esto es increíble —confesó.
Respiró con dificultad, apoyando las manos en sus rodillas para tratar de recuperar el aliento a pesar de ser algo imposible. Sin embargo, irguiéndose en el lugar, avanza con los nervios a flor de piel temblando de pies a cabeza.
—Solo hay una manera de saberlo... —murmuró llevándose una mano hacia el pecho para calmarse.
Observó con horror a todos aquellos caminantes que circulan por la carretera, pero trata de controlar su miedo e intenta contenerlo.
—¡Estúpidos! ¡Aquí estoy, mierdas! —estalló estando en el centro de la horda—. ¡Ya no les tengo miedo!
El grito resuena por el desolado lugar y se mezcló entre los gemidos y gruñidos de los caminantes, mas ellos solo voltearon debido al sonido y luego desviaron su atención.
"No puedo creerlo."
—¡Soy invencible perras! —gritó a fuerza de pulmón observando a su compañero a varios metros de su posición con una sonrisa.
(...)
Rainbow.
—¡Apúrate, Harry! —insistí emocionada.
—No seas ruidosa —demandó a regañadientes—. No soy inmune, jefa —manifestó abrumado.
Me detengo para poder voltear en el lugar y verlo de pies a cabeza con detenimiento.
—Podría morderte —sugerí con una sonrisa acercándome a él.
Pero me detuvo poniendo su mano en mi cabeza para que ya no pueda avanzar.
—No —sentenció.
—¡Aguafiestas! —parloteé—. ¡Ahora puedo estar entre esas mierdas sin recibir ningún golpe por la espalda! —musité siendo eufórica.
A cambio, la mueca de Harry lo dijo todo.
—Sí, estás a salvo... —chasqueó la lengua contra el paladar antes de picarme la nariz— pero de los caminantes. Los humanos son el problema en este mundo y, voy a recordártelo, ya no tienes la misma capacidad de antes. Aprende a sobrevivir pero con sigilo —puntualizó con obviedad empezando a avanzar.
"Tiene razón. El verdadero problema son las personas."
Observé el cielo cubierto de nubes grises antes de ir hacia él.
—No digas que eres inmune. Jamás. Los humanos son egoístas y podrían lastimarte si se enteran de tu condición —mis ojos se iluminaron.
—¿Eso quiere decir que te importo? —susurré empujando su hombro, pero su pie me hizo caer al suelo de cara—. ¡Harry! —exclamé furiosa.
—No seas ruidosa.
Bueno, honestamente, Harry y yo hacemos un buen equipo. Somos compañeros en casi todas las actividades que reparte Negan o quizás sea porque él tiene más experiencia y puede protegerme. Aun así, todo lo hacemos juntos a no ser que me vaya con Negan como su perrito faldero.
