-¿Quién se alegra por estar en un mundo apocalíptico?
Esas fueron las palabras de una joven adolescente que se topó con un hombre imponente al momento de salvarle la vida. Fue caótico para ambos el proceso de comprender que, ahora mismo, el mundo es...
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—Ya déjame en paz —murmuró molesta por séptima vez en la mañana, por lo que él le contesta con un silbido. —¿Por qué estás enojado conmigo? Yo no fui quien te puso un revólver en la cabeza para que rechazaras a Scarlet, ya supéralo de una buena vez —maldijo pasando por su lado para chocarlo con obviedad, viéndolo con un mohín en el rostro.
—El recorrido se haría aburrido —manifestó desganado, restándole importancia a las palabras de la chica mientras ambos caminan por los pasillos del hospital— Y como tienes poco temperamento es fácil hacerte enojar —declaró divertido, por lo que ella levanta la mano y le enseña el dedo corazón, sin haber volteado para continuar con su camino.
—Idiota —escupió a regañadientes.
—Déjame serte franco, nena —musitó seguido de tomar aire, pero cuando estuvo listo para poder seguir un piquete en el pecho lo detuvo.
La adolescente de ojos azules se encuentra de pie enfrente de él con ambas manos en la cintura.
—No me llames así —demandó molesta con las mejillas ruborizadas.
Negan se queda atónito, pero en cuanto pasaron los segundos una sonrisa maliciosa surcó sus facciones maduras.
—Entonces... ¿cómo quieres que te llame?—cuestionó con elocuencia, jugando con sus cejas al inclinarse en dirección a la chica.
Aun así, el rostro de enfado de Rainbow no se desvanece provocando que su sonrisa se tuerza y se enderece en el lugar con el ceño fruncido. Rueda los ojos, inquieto, seguido de relamerse los labios antes de proseguir.
—No eres divertida —murmuró pasando por su lado—. Aburrida.
En cambio, Rainbow, manifiesta su enojo a través del irritante silencio que odia Negan cuando ambos salen de excursión. Sin embargo, siendo honesta consigo misma, siente que él se lo merece por llamarla de esa manera, ya que Negan utiliza exactamente el mismo apodo con las chicas que ya se ha tirado.
"Enfermería."
Pensó Rainbow.
Posando la mano en el pomo de la puerta se prepara agarrando el machete, de todos modos, no sirve de mucho hacer una previa. La puerta se abre dejando a la vista una sala vacía de caminantes.
—Creí que sería más emocionante —musitó con pesar ingresando a la enfermería.
Se retiró la mochila de la espalda y se prepara para juntar medicamentos que por supuesto les hacen falta en la comunidad. Pero al cabo de unos minutos leyendo envases se percató de que su mochila no daría abasto. Se encoge restándole importancia, porque cree fielmente que de seguro van a volver más de una vez.
—Odio esto —confesó tomando asiento en una de las sillas giratorias, haciendo su mochila a un lado para poder descansar—. En verdad lo hago —siguió desganada, observando el techo blanco del cuarto.
No obstante, su paz se acabó, cuando se dio cuenta de lo que sucedía a su alrededor la situación ya había empeorado, más de la cuenta. Había quedado tan absorta que no se percató de que un caminante le había agarrado la pierna, la cual fue mordida por él. Su corazón palpitó con tanta fuerza y fue presa instantáneamente de la desesperación, agarró su machete con las manos temblorosas para cortarle la cabeza.
El mundo se le vino abajo con el monstruo que no tiene piernas, el mismo que se había arrastrado hacia ella. El silencio la sepultó y las ganas de vivir que creía no tener la invadieron de golpe.
"Voy a morir."
Pensó con la visión cristalizada, pero oyendo varias pisadas y gemidos se apresura a vendarse seguido de aferrarse a la mochila y salir corriendo de ese lugar.
Dejando a la bestia que la había sentenciado atrás.
(...)
Los caminantes técnicamente los habían echado del hospital y tuvieron que alejarse considerablemente de su posición para perder a la mayoría de ellos. La situación de un momento a otro se había salido de control, incluso Negan llegó a creer que quizás los dos no serían lo suficientemente hábiles para darlos de baja a todos. No tuvieron otra elección, por lo que ahora mismo ambos yacen ocultos en un edificio en plena construcción.
Se giró en el lugar con una sonrisa en el rostro, agotado por haber corrido más de la cuenta.
—Casi me cago encima —jadeó entre risas, pero viendo que su compañera está sentada en una esquina de la habitación carraspea con sonoridad.
"¿Qué le ocurre hoy?"
—Rainbow —llamó sentándose junto a ella, apoyando la espalda en la pared y llevando una mano hacia el hombro de la chica.
—¿Qué ocurre? —susurró en tono inaudible con la cabeza enterrada en las rodillas.
Él oprimió los labios observándola decaída, por su parte hasta parece una broma de mal gusto estar así.
—Eh... —se quedó sin palabras, siendo completamente incapaz de continuar con las preguntas que sinceramente no salen de sus labios—. Lo siento —no supo exactamente porqué lo dijo y de esa manera, pero pudo llamar su atención y se sintió aliviado por ese simple hecho.
La adolescente enseñó su rostro pálido como si estuviera enfermando, pero su débil sonrisa golpea el corazón de Negan, quien se sintió presionado por lo que ocurre.
—No me siento bien —confesó sintiéndose nauseabunda—. Estoy muy cansada... —aclaró apoyando la cabeza en el hombro de su compañero—. Me duele todo el cuerpo y siento que no voy a poder pasar esta noche —sollozó furiosa, molesta consigo misma por no estar alerta cuando tuvo la oportunidad—. Y-Yo debería ser la que se disculpe contigo...
Los ojos llorosos de Rainbow se encontraron con los de Negan, éste impactado por las palabras de la chica se queda congelado cuando ella misma se retiró la venda de su pierna derecha. Enseñándole lo que ocultaba con ella y eso se veía horriblemente fatal.
En ese precioso momento el corazón de Negan dejó de latir.
