─── 003. ECLIPSE.

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Capítulo tres:
VETE O TE SACO A PATADAS.

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Persephone colocó sus manos en los bolsillos traseros de sus pantalones mientras observaba como Bella y Edward hablaban en el balcón de su hogar

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Persephone colocó sus manos en los bolsillos traseros de sus pantalones mientras observaba como Bella y Edward hablaban en el balcón de su hogar.

Abrió la puerta de vidrio y se acercó a ellos en sumo silencio. El vampiro se tensó y dejó de hablar con la humana para voltearse.

—Vete, quiero hablar con ella— dijo Persephone cruzándose de brazos.

Edward la examinó con la mirada, maldiciendo mentalmente que la chica bloqueaba sus pensamientos con tal de ocultar sus intenciones.

—Vete o te saco a patadas— alzó una ceja.

El vampiro miró a Bella y le dio una pequeña sonrisa. La humana, en cambio, lo miró rogando que no se vaya, pero al fin y al cabo él se fue.

Persephone se acercó a Bella a paso lento, disfrutando de la vista del bosque que otorgaba ese balcón.
La adolescente no decía nada y Bella tampoco. Simplemente estaba quieta en su lugar, rogando no ser asesinada brutalmente por quién tenía a su lado.

—Hemos empezado con el pie izquierdo— dijo Persephone sin dirigirle la mirada. Giró su cuerpo quedando enfrentada a ella haciendo que la humana la mire sobre su hombro. —Soy Persephone Hale.

Extendió su mano levemente esperando a que Bella corresponda. —Bella Swan— contestó.

En esos pocos segundos Bella examinó su rostro. Su piel clara sin ninguna imperfección, su cabello pelirrojo claramente natural y sus ojos azules que resaltaban al contraste.

Se sintió diminuta ante la muchacha que tenía enfrente.

Luego del incómodo apretón de manos, al menos ese sentimiento se percibía a través de Bella, ambas giraron su cuerpo para mirar al bosque.

—No sabía que el clan tenía otro miembro— murmuró con temor tratando de entablar una conversación. —Nunca te...— la humana dejó sus palabras en el aire, no quería arruinar la tranquilidad del asunto.

Por lo que había visto de Persa, era una persona de mucho carácter. Y estaba en lo cierto, no se equivocaba.

Persa tenía un carácter fuerte, defendía lo que pensaba hasta la muerte aunque esté equivocada. Era la vampiresa más testaruda que los Cullen habían conocido.
Se había vuelto egoista, soberbia y autosuficiente, sin depender de nadie y tampoco preocuparse. Pero todo eso cambiaba cuando se trataba de los Cullen y cualquiera se daba cuenta de eso. Solo había bastado una llamada y dos palabras para que la muchacha se suba a un avión para ir donde ellos.

—¿...habían mencionado?— terminó la oración por ella. Persa la miró divertida y con una ceja alzada. Sabía que la muchacha estaba temerosa de hablarle, pero a eso iba a hacer las paces.

Era una nueva integrante de la familia y, a su pesar, debía aceptarla.

Bella asintió cabizbaja. Persephone sonrió sin mostrar los dientes. —Soy el secreto de la familia— le contestó la duda a la humana. —Digamos que mi familia quiere...— buscó las palabras colocando una cara de duda. —...protegerme, de alguna forma.

Persa sonrió al ver la cara de confusión de Bella. —Se puede decir que soy un tanto...— volvió a poner la misma cara de hace unos segundos atrás. —...especial— finalizó su frase.

—¿Especial?— interrogó Bella.

Persephone era una caja de sorpresas.
Más que sorpresas, era la caja de Pandora y el fondo de ella, habían sus secretos más oscuros y retorcidos.

—Si, especial— apretó sus labios y continuó hablando. —Mi... condición llegó a los oídos de los Vulturi y no dudaron en darme caza— pudo sentir la mirada de la humana en su rostro. —Y esa fue la razón por la que nunca te hablaron de mi— Persa la miró y conectaron miradas. —Cuanto menos gente lo sepa mejor. Aunque no es nada nuevo que mi familia sean los Cullen.

Bella vaciló antes de hablar. —¿Por qué eres... especial?— formuló la pregunta con duda.

—No es algo que cuente a la ligera y sumando que tú eres una simple humana— murmuró la chica tratando de ser simpática para que Bella no se asuste ante su respuesta. —Cuanto menos sepas mejor, Isabella.

La humana apretó sus labios y asintió, no iba a llevarle la contra. Luego de ver todo el escándalo que hizo con cuatro vampiros, no quería perder la cabeza en el intento de decirle que no.

Bella sin mirarla preguntó: —¿Puedo preguntarte algo?— la pelirroja ni se movió ni la miro, mantenía su vista al frente examinando los bosques. —¿Por qué tu apellido es Hale y no Cullen? Digo-— Persa la miró y la humana comenzó a tartamudear del nerviosismo. —Juro que te pareces más a Edward que a Rose— trató de bromear. La vampira rió ante las palabras de la chica.

—Soy la hija de Rosalie y Emmett— se limitó a contestar la muchacha, sin saber más que decir.

—Entonces...— habló Bella con cierto temor. —...hija de Rosalie— Persa sonrió de lado sin mirarla.

—No biológicamente— murmuró sin quitar la leve sonrisa de su rostro. —Pero aún así, si.

𝐏𝐄𝐑𝐒𝐀. [Jacob B. & Jasper H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora