𝐏𝐄𝐑𝐒𝐀. [Jacob B. & Jasper H.]

─── 015. AMANECER 2.

Capítulo quince:
FELIZ NAVIDAD.

Bella observo la imagen de su hija corriendo a los brazos de su padre, quien estaba hablando de pie con Carlisle y Eleazar, el vampiro observo como Renesmee se acercaba a él y con mucha emoción la levantó abrazándola, dejando de lado a los hombres que estaban presentes centrando toda su atención en el rayo de luz de su vida.

La neófita giró su cuerpo escuchando como Persephone se encerraba en una habitación y revolvía cosas de aquí hacia allá. Sabía que su don estaba activado y no necesitaba ser una empatía como Jasper para poder percibir la frustración de Persa al no poder silenciarla a ella.

Abrió la puerta sin tocar, se recargó en el marco de la puerta observando como Persephone escribía en un papel con lágrimas en sus ojos.

—Sobrevivirás— mustio Bella entrando sin despegar su mirada de Persephone, quien bufo al escuchar sus palabras. —Tienes que hacerlo, por Ness.

—No le tengo miedo a la muerte, Bella. Ni tampoco a los Vulturis— escupió sus palabras a medida que hacía un bollo el papel y lo lanzaba en algún lado de la casa. —No quiero que nadie muera.

La híbrida suspiró frustrada y se levantó a abrir uno de los armarios y sacar una caja dentro de ella. Bella se acercó a velocidad vampira a un lado de ella y estiró su brazo hacia el pequeño espacio sacando una mochila de allí.

Persephone comenzó a revolver las mantas, encontrándose todos los fajos de billetes que había en la familia Cullen, una pequeña parte de toda su fortuna, y no dudó en tomarlos a todos para comenzar a meterlos dentro la mochila.

Miró por el rabillo de su ojo como Bella estaba llorando sin ser capaz de soltar una sola lagrima debido a su vampirismo; se había sentado en una de las sillas de la pequeña mesa que había allí, comenzando a escribir en varias hojas de papel en lo que probablemente eran cartas de despedidas hacia Ness por si no sobrevivía.

Persephone apretó los labios y soltó bruscamente la mochila llena de dinero en la mesa. Se apoyó en ella, bajando la cabeza tratando de idear algún plan coherente que no involucre ni la muerte de Ness ni la de ella, pero sabía que los Vulturis no iban a detenerse hasta llegar a la niña. Sabía que no tenía ninguna otra alternativa del plan en el que había pensado hace mucho tiempo.
Relamió sus labios mientras suspiraba pesadamente.