─── 007. AMANECER 1.

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Capítulo siete:
LA REINA DEL INFIERNO TRAJO EL TÁRTARO A CASA.

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Persa corrió a su casa y no dudó en entrar, sin importarle haber dejado atrás a Jacob y Seth

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Persa corrió a su casa y no dudó en entrar, sin importarle haber dejado atrás a Jacob y Seth.
Subió las escaleras con prisa y se dirigió a la sala donde percibía que estaba Jasper. El rubio se levantó del sofá en el que estaba y se acercó con rapidez a la muchacha que entraba.

Angustia, ira e incomodidad era los primeros sentimientos que había percibido de su chica cuando puso un pie en la habitación.

Persa no perdió el tiempo y él tampoco, se abrazaron bruscamente tambaleándose en busca de equilibrio para mantenerse de pie. Jasper olfateó a Persephone sin cuidado alguno, mientras que la muchacha se aferraba a su espalda buscando apoyo que solo Jasper sabía darle.

—¿Qué ha ocurrido?— preguntó el rubio apretando más a Persephone contra si.

—Vienen por Bella. Sam quiere matarla— dijo con voz quedada, como si estuviera absorta en sus recuerdos. —Traté de hacerlo entrar en razón, quiso ponerme en contra de ustedes, me negué y me echó de manada— suspiró frunciendo su ceño, sintiendo como la calma la invadía lentamente.

—Todo estará bien, Persa. No va a suceder nada— dijo mirando sobre su hombro aun abrazando a Persa, indicándole en un movimiento de cabeza a Esme y Emmett que se retiren de la habitación, ellos lo hicieron sin dudarlo.

Persephone despegó su cabeza del pecho duro del muchacho, sin dejar que se aleje demasiado Jasper aflojó su fijo agarre. Lo miró a los ojos y algo dentro de Jasper se removió incomodo, los orbes azules de Persephone estaban lagrimeando y su mirada expresaba angustia.

—Lo siento. Soy muy patética al pedirte esto pero prométeme que no vas a dejarme— chilló la híbrida respirando hondo, tratando de calmar su pecho cerrado y que las lágrimas no caigan. —Promételo.

Jasper frunció su ceño y se despegó completamente de ella, en ese momento las lágrimas en los ojos de Persephone empezaron a bajar por sus mejillas, cerró sus párpados para evitar ver el rostro de el vampiro, pero el rubio rápidamente quitó sus lágrimas y acunó las mejillas de Persa en sus manos.

𝐏𝐄𝐑𝐒𝐀. [Jacob B. & Jasper H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora