─── 012. AMANECER 1.

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Capítulo doce:
RENESMEE PERSEPHONE CULLEN.

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Edward dejó a Bella sobre la camilla del consultorio de la casa Cullen, donde Persephone corría de aquí para allá dando órdenes y buscando elementos quirúrgicos

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Edward dejó a Bella sobre la camilla del consultorio de la casa Cullen, donde Persephone corría de aquí para allá dando órdenes y buscando elementos quirúrgicos. Rosalie estaba a un lado de Bella tratando de darle apoyo al igual que Jacob, mientras que Alice se había ido a buscar a Carlisle.

Persephone se acercó a la camilla y miró a su madre. —Rosalie, la morfina— ordenó atándose el pelo en una coleta mal hecha.

Apenas Rose le tendió la gran aguja, Persephone la tomó y se la clavó a Bella en su pierna sin titubear en ningún momento.

—La placenta se desprendió— anunció Persephone sacando la aguja de la piel de la humana, quien gemía de dolor.

Se había preparado mentalmente muchas veces sobre este momento en tener que aplicar sus conocimientos de medicina, incluso había leído algunos libros que tenía Carlisle en su biblioteca; pero estar allí, presente a punto de traer un humano al mundo le daba terror.

—Vendrá lo más rápido que pueda— aseguró Rosalie al ver como Persephone le tocaba el abdomen a la humana.

—No llegará a tiempo, lo tendremos que hacer nosotros— respondió Persephone negando con su cabeza.

Rosalie dirigió su mano para tomar el bisturí y comenzar a rasgar el estómago de Bella, pero esta fue detenida por tanto Edward como Persephone.

—Hay que esperar a que la morfina haga efecto— dijo Persa tomando rápidamente el envase con alcohol y lanzándolo en sus manos para desinfectarlas lo mejor posible.

—No hay tiempo, se está muriendo— mustio entre dientes Rosalie.

Los vampiros miraron a Bella expectantes, esperando a que emita alguna respuesta.

—Háganlo. ¡Sáquenlo!— exclamó mientras gemia de dolor.

Rosalie no perdió ni un segundo, comenzó a pasar el bisturí por el abdomen bajo de Bella, quien se retorcía de dolor y gritaba con toda sus fuerzas ante el filo cortando sus partes del cuerpo. La sangre comenzó a botar y el aroma del líquido escarlata hicieron que Rosalie clave su mirada en el artefacto en sus manos.

𝐏𝐄𝐑𝐒𝐀. [Jacob B. & Jasper H.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora