PERSA. || ❝He sobrevivido la ponzoña, mi transformación lobuna, la muerte de toda mi familia. He sido capturada y torturada por los Vulturis durante 50 años, sumando que escape y estuve corriendo por todo el mundo, ¿para venir a enterarme que pusier...
Capítulo tres: TENGO SUFICIENTES PROBLEMAS COMO PARA PREOCUPARME DE TU CABEZA RODANDO POR MI CULPA, BELLA.
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La noche ya había caído, y con ella, el sueño. Persa miró el techo mientras se apoyaba en la pared a un lado de la puerta del baño en el que Bella se estaba duchando. Se balanceaba levemente, esperando a que la humana termine de higienizarse bajo la guardia de Persephone.
—Dejame entrar contigo, ¡será divertido!— exclamó Persephone con una sonrisa tratando de entrar al baño junto la humana.
—Persephone, no. Vete— vociferó Bella reprimiendo una pequeña risa antes de cerrar la puerta.
Suspiró aburrida, pero su mirada bajó hacia el rubio a un lado de ella. Sonrió y se levantó de la pared quedando completamente frente a él, quien estaba risueño y con sus ropa recién cambiada.
Persephone, en cambio, aún no había sido capaz ni de cambiarse. Desde lo ocurrido en la sala, estuvo pegada a Bella todo el resto del día hasta que la humana la sacó del baño para bañarse.
—Hueles mal— dijo Jasper acercándose levemente a ella, colocando sus manos en la cintura de la muchacha.
—Eso no es muy caballeroso de su parte, mayor— respondió Persephone, importándole poco el reciente comentario.
—La sinceridad es mi moral mas grande— habló Jasper con una sonrisa.
Persephone rodó sus ojos y golpeó su hombro. Se acercó más a él, haciendo que las manos de Jasper viajen por toda la espalda de Persa, sus rostros quedando a pocos centímetros de distancia, pero a ellos no les importaba.
—Quiero decir que estoy muy orgulloso de cómo defendiste a Bella allí abajo— murmuró Jasper aferrando más sus manos.