"IMPOSIBLE"

Capítulo 51: "Entre versos y llantos"

Se me cae el mundo, pero mira.

Vuelvo a los estudios, me busco un mejor futuro. Y coño, sé que no te llamo mucho pero este tiempo loco lo aprovecho.

"Hablamos luego"- Ethico.

Trimestrales:

Todos, absolutamente todos, estábamos hechos un manojo de nervios.

Esos exámenes debían salir bien. Sí o sí. ¿Por qué? Porque los parciales fueron una puta mierda.

No soy pesimista, soy realista. Un dos en matemáticas no me llevaría a un buen futuro. Un siete en inglés no me ayudaba apenas y un nuevo en ciencias de la tierra y del medio ambiente me valía verga.

Química era comprensible pero, siempre la cagaba al final. Lengua, nuestra lengua materna era dura de pelar.

Filosofía e historia me hacían sonreír al despertar. Y francés era como sacar un diez de forma opcional.

-Tranquila, va a salir bien- le dije a "A" antes de entrar en clase.

-Eso espero, este año las notas de corte han aumentado...

-Tú puedes de sobra- le dije animándola.

-Podemos- respondió ella en tono guerrero.

Como si nos adentrásemos en el mismísimo infierno, entramos decididas a comernos el examen. Fuera como fuese, teníamos que bordarlo. Por nosotras, por nuestro orgullo. Porque podíamos con todo. Porque nos conocíamos. Porque habíamos llorado juntas, porque también nos secamos las lágrimas. Porque éramos y somos fuego y hielo, porque quemamos de todos modos, porque nos queremos. Porque siento que parece ser que desde siempre nos conocemos, aunque nunca nos juntemos. Porque no soy la típica que puede acudir a su llamada corriendo, solo puedo quedarme a consolarla tras el teléfono. Porque no puedo abrazarla cuando mi mundo se me cae en pedazos. Porque no puedo ahogarme en sus ojos café. Pero la quiero como a pocas personas. En sus risas hay arte, en su voz, una melodía impresionante.

Día 2 de trimestrales:

Digamos que lo peor aún quedaba por llegar.

Química y matemáticas ya los habíamos hecho. Ahora a preparar el resto.

Se nos juntó la pereza, el cansancio, las penas, el desánimo y las ganas de acabar ya.

-¿Cómo lo llevas?- me preguntó "R".

-Creo, o quiero creer, que bien. Pero nunca se sabe...

-Seguro que te salen mejor que a mí- me dijo él.

-A ver, es filosofía e historia. Dado que no te gusta aprender cosas de memoria y que te cuesta, puede que me salgan mejor. Pero no te creas...

Nuestra conversación se vió interrumpida por el sonido de la campana.
Era la hora.

Todos los alumnos se disponían a entrar en sus clases.
Algunos incluso llegaban tarde.
Corriendo por los pasillos había siempre alguien.

Entramos.
Comencemos.