"IMPOSIBLE"

Capítulo 52: "Cállame, pero a besos"

El cielo estaba libre de estrellas.
Todas, absolutamente todas, parecían inexistentes excepto una.
Me quedé contemplándola un largo rato.
Quería que el tiempo se parase, que me mirases y me dijeses que me amas.
Pero no.
Esto no es un cuento de hadas.
Así que estaba sola.
Sentada en el suelo de la carretera.
Un carretera poco transitada.
Una calle sin salida.

Veía cómo la luna se reflejaba en el mar.
Veía desde ahí arriba, o ahí abajo, dependiendo de cómo lo veas, toda la ciudad.
Las luces.
Su gente.
El ruido era permanente.
El silencio, inexistente.

En las palmas de mis manos, unas pequeñas piedras se clavaron.
Haciendo rozadura en ellas, creando un pequeño vacío, que hacía que se hundiese en ella.

Con la música puesta.
A tope.
A todo volumen.
Empecé a dar vueltas.

Por mi mente, varios pensamientos pasaban.

En esos momentos en los que la soledad me atrapa y no queda más que ver(te). Siento un vacío permanente. Que me atrapa y que me hiere. Y no sé qué hacer.

Abro tu chat por décima vez.

En los últimos cinco minutos ni siquiera te conectaste. Tampoco quería molestarte. Me sentía un lastre, soy un desastre.

Pero quizás luego se me pase.

Contemplo la nada y el todo. Con los pies en el aire, me toco el pelo, me lo desordeno un poco. Con un poco de anhelo, miro tu foto.

Y no sé cómo, en poco tiempo te has convertido en tanto. No sabes lo que me haces sentir. Lo que me importas, no te puedes imaginar cuánto.

Suena de fondo: "sin luz"- Cardden:

"Contemplo la nada y me encanta,
sentir el vacío, la vista nublada.
Cerrada de bandas, sentada, rayada.
Si vas a cagarla la boca callada.
Me sentía identificada.

Aunque sabía que, con esa canción, no hacía más que hundirme.
¿Sabes? Esas veces que te sientes indefinidamente mal, sin saber por qué, sin entenderlo. Así me sentía.

En mi buscador, podía ver abierta la página del colegio.
La famosa "alexia". Plataforma insufrible, que, me quitaba en ocasiones el sueño y las ganas de ver las notas.

La abrí para ver si había novedades. Afortunadamente no.

Mejor eso que, estar disfrutando de un rato libre y llevarse un mal trago.

Un día cualquiera de la semana:
-¿Qué vas a estudiar al final?- me preguntó.
-No lo sé.
-¿Medicina?
-Ni de coña- le dije horrorizada.
-Siempre quisiste ser médico, te pega.
-Cuando la nota de corte sea asequible, me llamas- le dije.
-¿Qué piensas pues?- preguntó interrogante.
-Psicología.
-No, no tiene salidas.
-Pues no se me ocurre nada ahora mismo.
-¿Ingeniería?- propuso entonces.
-No me veo capaz.

Paradoja de la vida.

Ahora es lo que voy a hacer.