"IMPOSIBLE"

Capítulo 2: "Promesas"

No te prometo nada, porque ni siquiera sé qué pasará mañana.

Que sé que todo es imposible, que somos seres mundanos.

Prometemos  algo infinito y somos simplemente seres finitos.

Entonces, llegó el día en que finalmente, dejé mis miedos de lado y empecé esta locura.

"Aún te queda mucho por madurar, no sabes qué es amar", me decían.

Y yo me reía. No saben que me tiré horas llorando a gente que no merecía la pena.

Idiota de mí, que me ilusiono con todo. Me acostumbro rápido a las personas, me encariño demasiado.

Idiota de mí, que le hice caso al corazón. Pero idiota de ti, que no fuiste capaz de aceptarlo.

Jueves- 9:00

El pasillo del instituto está a rebosar de gente. Unos ríen, otros bromean.

Yo me limito a irme a clase, pero me para un amigo:

-¿Qué tal? ¿Cómo estás?- pregunta él.

-Ni bien ni mal, tirando. ¿Y tú?

-¿Esas ojeras? ¿No dormiste?

-Larga historia. Pero no te preocupes, sube al bar y te la cuento luego.

Sin embargo, cuando vi a mi amigo esperándome en el recreo, me quedé cortada.

¿Cómo le decía yo que me gustaba alguien a quién nunca conocí? Me tomaría por loca, no lo entendería.

Así que le mentí, o quizá no le dije toda la verdad. Lo siento "R", quizás me habrías hecho sentir mejor. Perdona por mentirte, pero así está todo bien.

Tú no me juzgas, y yo a ti tampoco. Somos amigos, no quiero que dure poco.

Te sentaste conmigo en las gradas, me miraste tratando de descifrar lo que me pasaba. Pero mi orgullo fue superior a tu mirada.

Daría lo que fuera por volver, llorar y decirte que me siento mal. Pero ahora estamos más lejos.

Jueves-14:30

Suenan las campanas. Terminaron las clases.

Todos al pasillo, como ovejas guiadas por un pastor en un camino interminable.

Mi bus siempre llega tarde, pero aprovecho para mandarte un audio.

Lo borro tres veces. Lo vuelvo a grabar, pero nada. Ya nada es lo de antes.

¿Para qué coño me dices que me quieres?

Tranquilo, yo no puedo amarte. Total, no sé quererme.

"A" está apoyado en una farola. Me mira, me sonríe, me suelta un "hola".

Me choca la mano, en señal amistosa, me mira y también me pregunta.

Estoy bien, "solo estresada". Es lo que le digo a todos y a todas.

Pero algunos no me creen, me conocen más de lo que yo pensaba.