Capítulo 60: "Las ventajas de la sinceridad"

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Bueno.
Ventajas y desventajas.
Al igual que lo que más teme el silencio es el valor de la palabra.
Lo que más teme la sinceridad es el valor de una mirada.
De una sonrisa.
Que te llene.
De un abrazo.
Que te quite la respiración y te dé la vida.
A eso temo.
A esto teme(s).
Pero la vida se trata de eso.
Superar miedos.
Disfrutar momentos.
Llorar a ratos.
Saber decir "lo siento".

Un día cualquiera del verano post-pandemia:

Navegaba por las redes.
Muchos posts inútiles.
Muchos memes.

Muchos mensajes en la bandeja.
Mucha gente aburrida.
Apenas estoy aprendiendo la moraleja.

El año había dado mil vueltas.
Quizás millones.
Han ido desapareciendo personas.
Han ido apareciendo montones.

Aún recuerdo cuando nos sentamos en ese monte a ver el atardecer.
Y me derrumbé.
Dejé que me abrazases porque realmente necesitaba llorar.
También quería gritar pero me ahogué en mis lágrimas y dejé caer mi cabeza en tu hombro.

Aún recuerdo cuando me acompañaste a casa.
Me miraste a través de esos barrotes.
Cuando te cogí de las manos y no quise soltarte.
Cuando ví unas lágrimas asomar en tus ojos.
Cuando ví al chico más fuerte del mundo, derrumbarse.

Y no quise que te fueses.
Quise quedarme ahí.
En tus brazos.
En tus abrazos.
En tus ojos.
Mirarte y decirte que todo saldría bien.
Aunque no fuese así.

Quise que esas horas se hubiesen hecho eternas.
Disfrutar más.
Llorar menos.
Hablar, y hablar.
Y ayudarte.
Aconsejarte.

Pero tú eres mi hermano mayor de no sangre.
Porque a pesar de todo, te quedaste.
Aún sabiendo que me vida es un desastre.
Aún sabiendo que yo, lo soy.
Te quedaste cada día, aunque no hablábamos a diario.
Te preocupabas.
Y te preocupas.

Tratas de aparentar que eres fuerte.
Y lo eres.
Pero sé que te rompe.
Y lo siento.
Siento que nuestros referentes acaben siempre igual.
Que se vaya gente, sin más.
Siento que tengas que aguantar algunas cosas.
Y con cosas, incluyo mis problemas.
Porque no me gusta hacerte partícipe de mi falta de paz.
Pero es que en esta guerra interna, eres de las pocas personas que pueden calmarme.

Siento no poderme haber quedado aquel día.
Por mí, desaparecería.
Porque a veces siento que no merece la pena regresar.
Regresar al lugar donde la tristeza sustituye a la alegría.
Donde has de aparentar bienestar con normalidad.
Dónde nadie entiende que duele lo que no se habla.
Pero es lo que hay, decían.

Soportas al capullo que te dice "así es la vida".
Pero, ¿qué coño sabrá aquel de la vida?
No sabe nada...
Nadie lo sabe hasta que algunas cosas se lo enseñan.

"IMPOSIBLE"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora