Capitulo 1

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Grindelwald

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Grindelwald

–¡Crucio!

–¡Expelliarmus!

–¡Avada Kedavra!

–¡Proteg...!

Y con ese intercambio de hechizos, el mago que se hacía llamar Voldemort murió a mis manos, trayendo con su muerte una era de paz y tranquilidad. 

Voldemort o mejor dicho, Tom Riddle, causo sensación en el mundo mágico, aunque no de la buena manera. Asesino y torturo a una gran cantidad de muggles y magos para conseguir dominar el mundo, aunque eso nunca sucedió. A lo largo de mi vida, he sido considerado frío y arrogante por la comunidad mágica, pero al mismo tiempo se me da otro adjetivo:

Poderoso

Soy el mayor mago oscuro que haya habido antes. Desde siempre, la magia oscura ha sido considerada una blasfemia, sin embargo, la luz no es tan buena, ni la oscuridad es tan mala. Soy un mago oscuro y también el mago mas poderoso del mundo superando con creces a Albus, mas no por eso soy malvado. 

Hace ya poco mas de cuatro años que vencí a Voldemort, donde Albus Dumbledore, Newt Scamander y Harry Potter tuvieron que ver en la victoria. 

¿Cuando volveremos a casa, mi señor? ¿Por que estamos en Francia?–Pregunto mi familiar con voz cansina, no la culpo. Después de lo de Voldemort decidí viajar por el mundo y aun no he vuelto.

Pronto. Vinimos a Francia porque quería visitar a Flamel, pero como siempre se fue de viaje–Respondí frunciendo el ceño

Había viajado desde Bulgaria hasta París solo para ver a Nicolas y al final no lo encontré. No era muy necesario verlo, pero ya tenía tiempo que no conversábamos. Ofuscado, seguí caminando por las calles cuando de pronto sentí una fuerte presencia de magia. 

Mi señor...–Siseo mi familiar

Yo también lo sentí

Dejándome guiar por esa magia tan poderosa y atrayente, atravesé diversas calles, pasando de elegantes avenidas, a cutres caminos hasta que pare frente a un viejo y desgastado edificio que parecía a punto de derrumbarse. En el patio de enfrente estaba sentada una pequeña niña de rizados cabellos rubios platinados, vestía un desgastado vestido gris que se notaba algo sucio. Ingrese acercándome hasta la pequeña, quien al sentir mi presencia me miro y mi corazón se detuvo.

Sus ojos...tenían heterocromía. Su ojo derecho era de un profundo gris y el izquierdo, igual al mio, era de un claro azul.

–¿Cual es tu nombre?–Pregunte agachándome a su altura y ella retrocedió asustada–No te haré daño.

Grindelwald's DaughterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora