Capitulo 28

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Narrador

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Narrador

–¿Papá? ¿Cómo...? Se supone que nadie puede aparecerse en Hogwarts–Murmuro Elizabeth mirando con los ojos llenos de lagrimas a su padre.

–Todos fuera, menos sus guardianes.–Ordeno Grindelwald ignorando la pregunta de su hija.

Nikiforov, Antoinette y Cygnus obedecieron inmediatamente ante el tono de frialdad de su señor.

–Levántate, Elizabeth.–Ordeno–¡Levántate! 

Elizabeth se levanto inmediatamente ayudada por Alessandro. Los tres adolescentes miraban sorprendidos a Lord Grindelwald, el jamás le había levantado la voz antes a su hija.

–Al termino de la ultima prueba ustedes deberán partir en la búsqueda de los Horrocrux. –Informo y es ahí donde todos comprendieron la gravedad del asunto.– La vida de mi hija, de su señora, esta en sus manos. ¿Entendieron, Alessandro, Theodore? No quiero un solo error. Los quiero con vida a los tres en cuanto acaben su misión.

–Si, mi señor.–Afirmaron los dos con seriedad.

–Bien...ahora largo de aquí. Déjenme a solas con mi hija.–Ordeno.

Ambos miraron a Elizabeth, quien asintió y salieron de la habitación. Una vez solos, Grindelwald se acerco hasta su hija y la tomo fuertemente de los hombros. 

–Escúchame atentamente lo que voy a decirte, Elizeth.

–Si papi...–Lo miro sorprendida.

–Tu eres la cosa mas maravillosa que me ha pasado. La mujer de mis ojos, mi princesa.–Ella asintió–Tu vales mucho, Elizabeth. Vales más que un chico que intenta usarte y mucho más que otro que te ignora y traiciona–Ella bajo la mirada–Levanta el rostro–Ordeno– Nunca...absolutamente nunca bajes la mirada. ¿Entendiste?–Ella asintió con firmeza.

–Te amo, papi.–Dijo con todo el amor que su corazón sentía.

–Yo también te amo, princesa. Ahora, no olvides jamás que estoy contigo. Es probable que no nos volvamos a ver hasta después de tu misión. Cuídate y por sobre todo, demuestra quien eres.  No eres solamente mi hija, no eres solamente la hija perdida de los Malfoy, no eres una simple chica...eres Elizabeth y has venido a este mundo para hacer grandes cosas.–Dijo tomándola del rostro.

Ella asintió con motivación renovada.

–Bien, debo irme. Nos veremos pronto, mi princesa.–Beso su frente y desapareció.

Elizabeth se sentó en su cama y respiro profundo. Las palabras de Antoinette regresaron a su mente:

"A veces tienes que olvidar lo que sientes y recordar lo que mereces"

Grindelwald's DaughterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora