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Gael había dejado a Malia en su casa para poder ir a cambiarse a la suya. Quería que ella se tomase su tiempo para relajarse y prepararse con tranquilidad.

Mientras Gael se duchaba, Malia hablaba con su mejor amiga Alissa por videollamada. Le había preguntado si podía ir a su casa, pero la rubia se había ido con Liam a una escapada romántica, donde el chico tenía pensado pedirle salir a Alissa, pero obviamente Malia no diría nada para no fastidiar la sorpresa.

— Yo digo que te pongas ese vestido negro con escote recto, es casual y elegante a la vez, además, si Gael hizo ese comentario es porque piensa hacer más que solo meterte mano.— dijo con una sonrisa divertida y pícara.

— ¡Por todos los mares, cállate! — dijo Malia sonrojándose.— Ya estoy bastante nerviosa como que para encima me andes diciendo esas cosas.

Posó el teléfono en la cómoda para que su amiga pudiese verla y empezó a cambiarse delante de ella.

— Cuántas curvas y yo sin frenos, grr.— comentó su amiga con la intención de molestarla.

— ¡Lissa! — se quejó en reprimenda a su amiga, pero no pudo evitar soltar una risilla.

— Solo era para hacerte reir, tonta, andas muy seria, realmente necesitas que Gael te toque un poco.— bromeó y se sentó en el regazo de Liam.— A ver, necesitamos opinión, Laim.

Malia sonrió al escuchar el apodo que había usado su amiga y recordó el momento en el que fue creado. Cuando Alissa había conocido a Liam, agregó su número como "Laim" debido a su dislexia.

— Yo creo que Gael va a necesitar unos cuantos cubos para la baba en cuanto te vea.— rio Liam.— Te ves preciosa, Mali... Realmente tengo a las chicas más bonitas del mundo conmigo.

— Os echo mucho de menos.— suspiró Malia.— Toby se ha ido a casa de su madre a la otra punta del país, y los únicos amigos cercanos que me quedaban, me han dejado para irse de escapada.— dijo dramática mientras se peinaba.

— En cuanto vuelva, tú y yo vamos a hacer un maratón de los que tengamos en la lista de maratones.— dijo Alissa para animarme.

— ¿Si te digo que Piratas del Caribe, te vienes ya? — jugó con ella y empezó a hacerse el eyeliner mirándose en el móvil.

— Suena tentador, pero no porque tienes que disfrutar de Gael.— sonrió su amiga.— Bueno, bebé, luego hablamos, ¿si? Liam y yo tenemos reserva para cenar.

— Disfruta mucho, Mali, te adoramos.— dijo ahora Liam haciendo que la chica sonriese.

— Y yo a vosotros, pasadlo bien.— se despidió Malia y colgó.

Tras unos minutos, Malia estaba preparada y Gael de camino a buscarla. Ambos estaban realmente nerviosos: Malia por no saber qué pasaría y Gael por saber lo que pasaría o, al menos, esperaba que pasase.

El timbre de la chica sonó y tras abrir la puerta, se encontró con un Gael en unos jeans negros y una camisa granate. Se veía increiblemente sexy, ni muy formal ni muy informal, justo como le había pedido a ella que fuese.

— Estás preciosa.— sonrió Gael y cogió su mano para plantar un beso en esta.— ¿Vamos? — la chica asintió levemente encantada por el chico y ambos entraron al coche.

El viaje fue tranquilo y silencioso. De vez en cuando compartían miradas, risitas tímidas y canciones.

Una vez llegado al pueblo de Gael, este aparcó un poco alejado de todas las casas y bajó del coche para abrirle la puerta a Malia.

— Gracias, caballero.— dijo ella divertida y él sonrió— ¿No vamos con el resto? — preguntó ella confundida.

— La verdad es que... me apetece ser un poco egoísta, voy a llevarte a ver la luna a un sitio que es muy especial para mí y que, sinceramente, hace mucho tiempo que no piso — dijo cogiendo una bolsa llena de mantas y comida.

— Está bien... — mordió su labio nerviosa.— ¿Te ayudo con algo?

— Coge esa bolsa de ahí, tengo linternas y faroles, ese sitio no está iluminado.

Malia cogió la bolsa que le dijo y ambos caminaron por en medio del bosque. Gael agarraba la mano de la chica y la acariciaba con suavidad mientras caminaban al lugar que Gael ansiaba por enseñarle a Malia.

— Antes de nada... nunca había traido aquí a nadie... así que prefiero que el paradero siga siendo secreto, este sitio es muy importante para mí.

— No te preocupes, Gael, tu secreto está a salvo conmigo.— sonrió la chica y besó su mano.

— Bien, entonces... bienvenida a mi casita del árbol.— señaló el joven con la barbilla hacia arriba y Malia siguió su mirada, quedándose consternada y emocionada al momento.— Pasaremos aquí la noche. — añadió abrazándola por la espalda.

— Esto... es increible.— sonrió Malia.— ¿Vamos? — dijo ilusionada.

— Vamos.— le sonrió Gael y ambos subieron a la casita del árbol del joven para así dar comienzo a su romántica velada.

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⏰ Última actualización: May 24, 2023 ⏰

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